Sobre la muerte este viernes del crítico de la oposición rusa Alexei Navalny, en circunstancias que aún no están claras y mientras se encontraba en prisión, Durante los 24 años del líder del Kremlin Vladimir Putin, un En Rusia se produjeron varios asesinatos políticos notorios, incluidas las muertes en circunstancias extrañas de muchos activistas y defensores de los derechos humanos. La famosa periodista Anna Politkovskaya fue asesinada frente a su casa el 7 de octubre de 2006, coincidiendo con el cumpleaños número 54 del presidente ruso Vladimir Putin. La justicia dictaminó que el asesinato fue organizado y llevado a cabo por un grupo de chechenos, aunque el tribunal nunca identificó al autor intelectual del crimen.
La familia de Politkovskaya, sus abogados y colegas del periódico Novaya Gazette acusaron al líder checheno Ramzan Kadyrov de estar involucrado en la muerte de la periodista. Leer: Muere en prisión Alexeï Navalny, el enemigo más fiel de Vladimir Putin El abogado Stanislav Markelov y la periodista del periódico opositor Cúvaya Gazeta Anastasia Baburova fueron asesinados en Moscú en enero de 2009. Un destacado jurado ha condenado a dos ultranacionalistas que dispararon en la calle a un abogado y a un periodista cuando salían de una rueda de prensa en el centro de la capital rusa.
El tribunal determinó que el asesinato se cometió por motivos políticos e ideológicos, ya que Markelov defendió a víctimas de ataques violentos cometidos por grupos neonazis rusos. Natalia Estemírova (2009) Activista de derechos humanos y colaboradora de Cúvaya Gazeta, Estemírova fue encontrada muerta cerca de una carretera en la república de Ingushetia, en el Cáucaso Norte, en julio de 2009. La periodista investigaba secuestros, ejecuciones sumarias, torturas y otros abusos contra civiles en el Cáucaso y más concretamente en Chechenia, donde se ganó la enemistad de Kadyrov.
Kadyrov demandó a uno de los directores de la organización de derechos humanos Memorial, donde trabajaba Estemirova, para responsabilizarlo de su muerte. Nemtsov, ex viceprimer ministro y luego líder de la oposición, fue asesinado frente a los muros del Kremlin en febrero de 2015. Considerado el asesinato más grave en la historia moderna de Rusia, su muerte provocó protestas en Moscú y la condena internacional unánime de las autoridades del país.
Su familia acusó al Kremlin de no apretar el gatillo sino de crear las condiciones que llevaron a que un grupo de chechenos dispararan y mataran a sus oponentes, como estableció el tribunal. Nemtsov ha acusado al Kremlin de ser responsable del mayor caso de corrupción en la historia del país durante los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014.