Pepe, de Nelson Carlos De los Santos, irrumpe en la Sección Oficial de la Berlinale. Esto confirma que estamos ante el director dominicano más aventurero e interesante. Hacía mucho tiempo que no veía una película, especialmente una película dominicana.
Cuando produzco, esto me parece poco ético. Sin embargo, romperé mi promesa de no hacerlo. Anoche vi la nueva película dominicana.
Es la primera vez en la historia que una de nuestras películas llega tan lejos. Antes estuvo La Fiera y la Fiesta de Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas, en la sección Panorama de la Berlinale en 2019. Es como ir a Marte.
Pepe fue una película innovadora que cambió la estructura y la narración tradicional del cine. Y esto es infinitamente lineal porque está lleno de trampas. Quimérico como espectáculo.
Es simplemente intensamente inmersivo. Esto es gracias a la cantidad de capas de audio que ofrece. Y además la fotografía es de carácter antropológico pero al mismo tiempo innovadora.
Menciona el fenómeno Escobar, pero sólo para dar contexto. Se adentra en el colonialismo, a través del viaje de los hippies traídos a Colombia por los narcotraficantes, desde Sudáfrica. Cuestiona la levedad del mundo a través de la mirada del animal que en ocasiones actúa como narrador.
Esta ligereza plomiza y la sensualidad de su narración existen gracias al virtuosismo de una idea única en su realización. En Pepela, las imágenes con recortes en blanco o negro son parte del discurso creado por Nelson Carlos de los Santos, o del fantasma del propio Pepe. El discurso está dotado de secuencias peligrosas, como un disparo cenital o semicenital lanzado desde una altura de varios cientos de metros y sumergido en Magdalena, bajo el agua.
¿Una deuda con Lubezky o con Urusevsky? Uso inteligente de animación, documental, cámara fija. Filma una sola escena durante un largo período de tiempo.
Todo esto es parte de la estética de Nelson (puesta en práctica de manera más gloriosa en Cocote). Creando sonidos podemos imaginar cómo se siente un animal que puede permanecer bajo el agua hasta 15 minutos. Todo, todo apunta a una película difícil de clasificar, incluso difícil de puntuar.
Una película que provoca la investigación, su bifurcación. No sólo por lo que cuenta sino también por su estructura cinematográfica, concepto de producción e ingenio creativo. La nueva película de Nelson Carlos de los Santos está llena de señales.
Se destacan a través de líneas que se ramifican desde el argumento central. Muchos buscarán en Pepe un nacionalismo pacífico. Pepe es una película con una vertiente universal, más allá de los intereses de los pueblos.
Es una película que va mucho más allá de su reflejo del colonialismo. Se convierte en un documento sobre la resiliencia, sobre la supervivencia, sobre la existencia misma. Cuenta de forma muy sucinta y metafórica la historia de la esclavitud y los cimarrones.
Pepe es una poesía que recuerda a la poeta Georgina Herrera, sobrina de los Cimarrones. Ella escribe: Nosotros, los poetas, creamos la democracia en la privacidad. Título: Pepe Director y guionista: Nelson Carlos De Los Santos Arias Productor: Tanya Valette y Pablo Lozano Coproducción: República Dominicana, Namibia, Alemania y Francia Estreno mundial: en el 74° Festival Internacional de Cine de Berlín, el 20 de febrero, donde la película compitió por el premio Oso de Oro.
Resumen Los medios colombianos informaron que un joven hipopótamo, conocido como Pepe, fue asesinado en la selva colombiana pero regresó como un fantasma. Era la voz de un hipopótamo, o eso decían. No tiene noción del tiempo, sólo el pasado lo atormenta.
Es mio ? ¿Para qué uso esto? El animal está seguro de una cosa: ya no está vivo.
Fue la primera y última persona asesinada en Estados Unidos. Estamos atrapados en un mundo de muchas historias, cada una de las cuales contiene más historias. Con seriedad y humor, honestidad y engaño, las imágenes y sonidos transmiten un poderoso discurso sobre los lugares donde criaturas como Pepe perecieron sin comprender nunca su verdadera situación.