Hemos pavimentado nuestro corazón con el lenguaje de las drogas, con los latidos del veneno y toda clase de traiciones, con engaños y perversiones sentimentales, con una atmósfera de aire corrupto que nos impide vivir en armonía; y peor aún, un auténtico desarrollo. Por ello, es imperativo activar el cuestionamiento personal para seguir el camino correcto; No tranquilidad negociada ni hipocresía, sino amistad verdadera. Con espíritu de hermandad se ven las cosas de otra manera, más poética que trivial.
Asumir una identidad diferente, que nazca más del alma que del cuerpo, ayudará a que este soplo de solidaridad dé prioridad a la existencia y no a la apropiación de bienes por parte de algunos. Sólo así podremos levantarnos con cierta paz y dejarnos abrumar unos por otros, lo que significa crear una nueva mentalidad. De hecho, la verdadera alegría proviene de nosotros y se satisface con la alegría del bien, haciéndonos más humanos, trabajando de corazón a corazón y no de cuerpo a cuerpo.
La gente habla, comenta e incluso celebra con razón el compromiso con una sociedad jurídica libre y democrática en la que todos podamos vivir en armonía y en circunstancias similares. Ese es el gran deseo que nos espera, activar nuestros sentidos naturales, con el deseo de vernos en los demás, antes que en nosotros mismos. En resumen, nadie es amo de nadie sino servidor de cada uno.
Es cierto que debemos fortalecernos contra este huracán de sufrimiento, resistir la acumulación de atmósferas tentadoras, hacer acusaciones personales y mostrar arrepentimiento. Estas malditas nubes confusas, que nos impiden orientarnos correctamente, nos dejan sin esperanza. Lo importante es despojarnos de lo material para rodearnos de letras, que nos conmuevan, como un latido en el espacio.
El dinero que tienes/el dinero que vales nos esclaviza y mata. No hay duda de que regalar dinero es nuestra perdición, porque es egoísta y malvado sin medida. Es cierto que lo exigimos, pero debe ser al nivel adecuado; para que no haya personas necesitadas ni desfavorecidas.