Aunque se han realizado muchas investigaciones y escritos sobre los prejuicios y la discriminación sociales, no ocurre lo mismo con la tolerancia social; un área del comportamiento humano que es precisamente la otra cara de la moneda. La tolerancia no es sólo una de las mejores y más aceptadas enseñanzas filosóficas religiosas, sino que también es un comportamiento que tiene muchos ejemplos en la historia de la humanidad. Como resultado, se habla poco sobre este comportamiento porque el silencio suele ser parte de él.
La tolerancia es un patrón de comportamiento común en muchas especies diferentes de plantas y animales. Es una forma de acomodación entre y dentro de las especies que resulta beneficiosa para la supervivencia. Puedes leer: Naciones Unidas y Yucal por Tindico Desde la antigüedad ha existido cierta forma de tolerancia hacia los extraños y los forasteros; Lo mismo ocurre con las características, formas y modos de comportamiento de los propios miembros del grupo.
Especialmente cuando el número de disidentes o disidentes supone poca o ninguna amenaza o problema para el grupo. La Biblia dice que los leprosos eran puestos en cuarentena en cuevas y zonas aisladas para evitar el contagio al resto de la población. Siempre es difícil desarrollar tolerancia hacia individuos o grupos que amenazan de una forma u otra el orden y la seguridad de un grupo social; o contrarios a sus valores, creencias y costumbres fundamentales.
Tradicionalmente, cada una de nuestras sociedades ha previsto medios programados para separar a mujeres y hombres dedicados a la prostitución, en establecimientos como tabernas, albergues, burdeles, descanso, etc. Limite estas actividades y comportamientos dentro del alcance permitido. Un caso interesante de conflicto entre valores y creencias, común en la mayoría de sociedades y poco estudiado, es el ateísmo.
Aunque los ateos siempre han existido (Salmos 14 y 53), nunca han representado una amenaza para los grupos establecidos, ya que sus creencias generalmente no encajan dentro de una doctrina o beneficio comunitario; ni suelen formar grupos sociales o políticos. Actualmente existen categorías y grupos sociales y políticos que no necesariamente profesan el ateísmo sino que simplemente niegan la existencia de Dios. Muy diferente es el caso de los movimientos sociales y políticos cuya base no es necesariamente el ateísmo, pero que tiene una visión de la realidad o una forma de pensamiento ideológico, como una especie de reacción o niega los fundamentos filosófico-religiosos de los grupos establecidos para ellos.
están en desventaja. Los pensadores ateos rara vez se oponen. Los intelectuales judíos europeos de los siglos XIX y XX se declararon ateos para evitar la persecución de fuerzas políticas y económicas bajo el disfraz de la ideología católica o cristiana.
Por el contrario, como ateos, pueden ser aceptados más fácilmente en universidades y centros culturales (difícilmente judíos). Especialmente porque el sionismo europeo, en ciertos aspectos, se ha posicionado o ha sido visto localmente como un rival de los poderes fácticos. La historia del gran músico Gustav Mahler es increíblemente reveladora (ver el documental de Leonard Bernstein; YouTube).
Max Weber enfatiza esto en El sabio y la política (p. 10). (Continuará)