No, no quiero es la respuesta que suelen preguntar las madres de niñas pequeñas, de 18 meses a 4 años, que muchas veces se escucha cuando sugieren algo. Esto pone a prueba la paciencia de los padres, pero al contrario de lo que mucha gente piensa, no es un comportamiento rebelde. Según la psicóloga Nicole Márquez, esta es la etapa en la que los niños de la casa comienzan a reconocer y expresar su independencia.
Este es un período de prueba y error para ellos, ya que inconscientemente aprovechan esta oportunidad, a menudo para ver cómo reaccionan los demás, cómo les va y para conocer las consecuencias. Este es un paso importante para su desarrollo social. Explican los expertos: Aquí aprendemos los límites y el manejo para clasificar qué organismo es la autoridad competente.
Para los padres es una gran prueba de paciencia, porque lo que los niños hacen sin protestar se convierte en una aventura para conseguir su aprobación para realizar esta actividad. Quizás te interese: ¿Existe alguna solución para los dientes de tiburón en los niños? El psicólogo Márquez recomienda a los padres superar esta fase con calma, en primer lugar, reconociendo cuando están en esta fase y no tomándoselo a la ligera, porque esta es la clave imprescindible para poder superar esto como padres.
Esto puede ser difícil, incluso desafiante, pero es un momento para que los niños aprendan. Asimismo, aconseja estar atento a los patrones no manifiestos en los niños y las diferentes situaciones en las que pueden tener más probabilidades de manifestarse, y tercero, hablar con él pacientemente y entender las razones por las que entiende que él no es el único. elección.
Fomenta la comunicación efectiva expresada con precisión. Ocho consejos Para que los padres puedan aprender a gestionar activamente la fase cero, los expertos del Centro Médico de Diabetes, Obesidad y Especialidades ofrecen ocho consejos: