VALÈNCIA. Se dice que el fuego tiene poderes purificadores, tiene la capacidad de convertir algo en cenizas hasta desaparecer. El fuego puede quemar cualquier cosa, desde una letra flotante hasta un trozo de madera para proporcionar calor.
Hace cientos de años, los carpinteros valencianos comenzaron a quemar los restos de madera en sus obras para dar la bienvenida a la primavera, creando sin querer las bases de lo que hoy conocemos como Fallas. Esta particular costumbre fue evolucionando hacia la quema de figuras abstractas con esta madera, dando origen a los llamados ninots que, con el tiempo, sirvieron para personificar los temas de crítica social que cada año estallaban en el fuego. Los artistas valencianos Anna Devís y Daniel Rueda se unirán al trabajo de los carpinteros en 2024 para construir la Falla de Castielfabib – Marqués de Sant Joan, con una pieza posiblemente ardiendo.
En su sketch, imaginaron quemando la clásica insignia azul que permite verificar en las redes sociales. Para ello, crearon una gran sala en la que las lenguas de este famoso escarabajo servían como manecillas de un reloj, que la mujer debía ponerse para sacar la pila de la parte trasera. Por eso, critican el tiempo que quitan las redes sociales y el ego que rodea esta insignia azul: Lo que obsesiona a la gente es una estupidez, 4 píxeles en la pantalla de un teléfono no son tan importantes…
así que la ironía está ahí. gigante y lo puso en medio de la calle para que todos los que pasaran pudieran hacerse la prueba, agregó Rueda sobre este fracaso en las pruebas, ya que en el trabajo, durante la mayor parte de nuestra vida, dedicamos toda nuestra atención y preocupación al trabajo, la fama o la notoriedad. mientras que este vestigio nada tiene que ver con lo que representa el éxito en la sociedad.
La pareja, que también tiene control sobre su perfil de Instagram -donde actualmente cuentan con más de 540.000 suscriptores- creó simultáneamente para Falla un concepto en el que podían prenderse fuego, aunque afirman que no me lo permiten. llevado por este glorioso delirio. También es una crítica a nosotros mismos, resume nuestro propio trabajo, y esta crítica a un influencer con muchos seguidores o a alguien que se ha vuelto viral.
No somos expertos en redes, con el check azul nos sentimos como el primer día de trabajo. El desafío que describen es aterrador, ya que los coloca en la posición de enfrentarse a una audiencia en la que no pueden seguir el hilo de comentarios y ya no tienen la protección de una pantalla entre ellos, incluso cuando «siempre tienen la capacidad de ver en alguien las emociones que evocan tus críticas: Es bueno que las cosas tengan un impacto en línea, pero no hay nada como ver algo en persona y discutirlo con otras personas. En Falla infantil son un reflejo más digital del paso del tiempo, una mujer apoyada en un reloj digital apuntando al cielo mientras los decimales del tiempo debajo escriben la palabra Viu (Vivir).
Rueda explica: Con esta Falla pedimos a todo aquel que la vea que mire al cielo, al paisaje y a la gente que le rodea, es importante estar vivo y la lanzamos como un mensaje positivo para que llegue a todos los públicos, explica Rueda.