La realidad está tan pegada a nuestra mente, a nuestra piel, a nuestros huesos, a los zapatos con los que navegamos día y noche que a veces es difícil escapar de ella. esto, deja que la mente se eleve. Mente, disfruta de tu imaginación.
Esto explica por qué los humanos tenemos una fuerte tendencia a consumir alcohol o drogas -a veces con rituales o prácticas religiosas- que en última instancia persiguen el mismo objetivo: escapar de la realidad. Después de innumerables fracasos, absurdos motores y psicológicos, serios miedos y desacuerdos con permanentes consecuencias indeseables, logré dedicarme exclusivamente a la lectura como un medio para escapar seguramente al verdadero dueño de esta vida: la realidad. En las estanterías de la librería Cuesta me encuentro a menudo con Basilio Beliard o Plinio Chahín, poetas amigos de toda la vida con los que a veces no hablamos de libros.
Durante nuestro último encuentro, al despedirnos, Plinio Chahín me dijo: -Ay… Espera al segundo Homero. Y huyó de la librería como un ladrón perseguido.
Cuando regresó, unos minutos más tarde, me entregó, todavía ahogado por la carrera, su último libro de poesía SI ESTO NO PARECE REALMENTE COINCIDENTE, en el que había leído muchos de los poemas con gran alegría (Plinion es un poeta que siempre se lee despacio porque su poesía es muy rica y profunda) y su valor, la capacidad de Plinio Cadena para reinventarse, no deja de sorprenderme.
