Perros de diversas razas, colores y tamaños se exhiben frente a una imagen del santo, su patrón de los pobres y enfermos, a un lado del altar de la Iglesia de Santa María Magdalena. Cientos de perros vestidos como humanos fueron llevados por sus dueños a una iglesia nicaragüense el domingo para agradecer a San Lázaro por sus bendiciones, siguiendo una tradición católica de más de un siglo. Perros de diferentes razas, colores y tamaños se exhiben ante la estatua del santo, patrón de los pobres y enfermos, a un costado del altar de la iglesia de Santa María Magdalena, en el barrio indígena de Monimbó, en la ciudad.
de Masaya, a unos 30 km al sureste de Managua. La fiesta tiene su origen en la parábola evangélica sobre el hombre rico y Lázaro, un mendigo acompañado de un perro para lamer sus heridas. Tradicionalmente, entre olfateos y ladridos, los perros esperan el turno de su amo ante la estatua del santo, adornada con flores, rodeada de velas y en medio de cantos religiosos, para recibir bendiciones y protección, según la tradición.
Francisco Putoy, del pueblo de Masaya, acudió con su único hijo y un perro para darle gracias al santo. Putoy dijo a la AFP que una barra de hierro cayó sobre el perrito y el niño fue a San Lázaro y fue curado. Esta ama de casa agregó que fue un milagro lo que San Lázaro realizó para el perrito.
Fieles católicos en Nicaragua piden a San Lázaro que interceda por ellos y sus mascotas para que estén sanos o curados de enfermedades. Algunos perros se disfrazan de deportistas, caballeros, superhéroes o princesas de cuento durante la celebración que se realiza cada año antes de la Semana Santa en el interior de la iglesia y en sus pasillos del templo. Siempre venimos a cumplir nuestra promesa al perrito, San Lazarito lo curó porque tenía retención de líquidos y estaba a punto de morir, dijo a la AFP la vendedora ambulante Rosa García, con su perro Zeus, de seis meses, en mano.
El fervor por este santo se celebra en Nicaragua desde la epidemia de cólera del siglo XIX, desde entonces muchas personas se han encomendado a Lázaro para curar sus enfermedades. Muchas personas están felices y alegres de cumplir su promesa a San Lázaro porque el santo ayudó a su animal a recuperarse de una enfermedad o accidente, explicó el padre Alberto Mercado, de la Iglesia de Santa María.