Caroline Bucher, Wendolyn Rodriguez, Raquel Paiewonsky, Liza Ortega y María Elena Aguayo. La reconocida artista dominicana Raquel Paiewonsky presentó “Amor, Amor: El pulso de la Tierra, la Patria y la Piel”, un proyecto de exposición individual que celebra la práctica artística comprometida sostenida durante más de dos décadas. La exposición nos adentra en un universo donde el arte se fusiona con la vida misma y se presenta como una experiencia sensorial que celebra la conexión entre el arte, los espacios íntimos y la naturaleza, al mismo tiempo que brinda un mapa sobre el proceso creativo del artista.
Las obras de Paiewonsky son un homenaje al poder femenino y las prácticas ancestrales, revelando una profunda exploración de temas del cuerpo, el espacio íntimo y la relación con el medio ambiente. Cada uno de ellos resalta el arte dominicano. Además de una experiencia visual, la exposición también introduce nuevas posibilidades en el sector del arte nacional, promoviendo una visión que reconoce el arte como un diálogo activo, un proceso de aprendizaje y conexión a través del arte.
Ubicado en una renovada residencia familiar en el centro histórico de Santo Domingo, Calle Las Mercedes n° 200 esquina Duarte y en colaboración con un equipo multidisciplinario de expertos, el proyecto trasciende los modelos de circuitos establecidos del arte, brindando una forma de discurso que podría dialogar con lo establecido. Fundaciones culturales del país. También en esta ubicación el público podrá disfrutar de la exposición abierta del 20 de marzo al 28 de abril de 2024.
Las nueve obras que componen la exposición abordan temas con energías mutuamente convergentes y ramificadas, en la intersección del arte, la humanidad y la naturaleza; obras de las que Rossina Cazali es curadora y crítica. En este sentido, Cazali dice: “El título incluye la palabra amor como un desafío a pensar el territorio del afecto más allá de su complejidad histórica, de sus confusas interpretaciones y vivencias. Desde esta perspectiva, deseamos proponer la intersección entre el amor y la dinámica de la naturaleza, como una teoría y práctica significativa, trascendente y urgente.
Creemos que adoptar una nueva forma de amor – como acción, como compromiso moral – es lo único que nos queda para luchar contra el mundo que hoy está amenazado: con la discriminación de género, el racismo, la desigualdad y el ecocidio inminente. La exposición es una celebración de la vida y está dedicada a todos aquellos que jugaron un papel fundamental en la vida de la artista, que la ayudaron a cultivar su experiencia artística y su creciente interés por Ella es por lo simple, básico y esencial.