Cada mes de marzo celebramos a las mujeres en todos los aspectos. Hoy ofrezco mis pensamientos sobre por qué las mujeres deberían ser reconocidas como administradoras clave de la salud global. Desde la planificación familiar hasta la lactancia materna, pasando por la promoción de la vacunación, el conocimiento de la nutrición y el cuidado de los más vulnerables, las mujeres desempeñan un papel irremplazable en la toma de decisiones relacionadas con la salud, creando así una buena audiencia global.
Primero, desde elegir métodos anticonceptivos hasta decidir si ser madres o no, las mujeres tienen el derecho y la responsabilidad de tomar decisiones sobre cuestiones de salud sexual y reproductiva que también afectarán al sistema futuro. Según la OMS, el número de mujeres que utilizan anticonceptivos modernos en todo el mundo aumentó de 663 millones a 851 millones entre 2000 y 2020. Además, se estima que este número aumentará en 70 millones de mujeres para 2030.
En segundo lugar, está la lactancia materna. Esta acción, tan natural y esencial, es de vital importancia. La leche materna proporciona a los niños una nutrición óptima y protección contra las enfermedades, contribuyendo a la salud general de la humanidad.
Existe evidencia científica sustancial que demuestra que la lactancia materna proporciona beneficios para la salud a largo plazo, previniendo la incidencia de enfermedades no transmisibles. Además, según la OPS, la lactancia materna también ayuda a mejorar la salud materna porque reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovario, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. En tercer lugar, al planificar las vacunaciones, las mujeres desempeñan un papel importante a la hora de garantizar que se respeten los calendarios de vacunación.
En primer lugar, son ellos quienes garantizan que los niños reciban las vacunas necesarias para protegerse de las enfermedades. Según un estudio de la Kaiser Family Foundation, alrededor de siete de cada diez madres suelen ser responsables de elegir al médico de su hijo (68%), llevarlo a las citas médicas (70%) y seguir las recomendaciones de atención (67%). Cuarto, las mujeres mostraron gran interés en registrar y aprender sobre nutrición.
Según un estudio publicado en la revista científica Nutrición en Salud Pública en colaboración con la Fundación Española de Nutrición (FEN), las mujeres suelen tener una alimentación más adecuada que los hombres. En la infancia y la adolescencia se toman decisiones dietéticas informadas, y la promoción de una alimentación saludable tiene un impacto directo en la prevención de enfermedades y la promoción de estilos de vida más saludables para todos. A esto se suma el papel central de las mujeres como cuidadoras.
Las mujeres son las principales cuidadoras de los niños, los enfermos y los ancianos en muchos contextos sociales. Este papel es fundamental para el funcionamiento de la sociedad y proporciona un servicio invaluable a la comunidad. El cuidado de las mujeres contribuye a la recuperación y la salud de los enfermos, desarrolla habilidades sociales en los niños y brinda apoyo emocional a los ancianos, mejorando así la calidad de vida de todos.
En el caso de América Latina y el Caribe, según datos de la CEPAL, las mujeres dedican más del doble de tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. Los países que han medido la contribución de este trabajo no remunerado a la economía han encontrado que representa entre el 15,9% y el 27,6% del PIB, y el 70% de esta contribución lo realizan las mujeres en la actualidad. Es hora de comprender y apreciar plenamente la fuerza invisible de las mujeres.
Es por eso que, en FIFARMA, continuaremos impulsando todas las acciones posibles para apoyarlos de manera inequívoca en los múltiples roles y decisiones que impactan la salud de las personas.