Pero Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados; Él soportó el castigo por nuestra paz, y por su llaga fuimos nosotros sanados, Isaías 53:5.
Pero Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados; Él soportó el castigo por nuestra paz, y por su llaga fuimos nosotros sanados, Isaías 53:5. Hay recuerdos dolorosos. Cicatrización permanente debido a una enfermedad.
La profecía de Isaías 53 ilustra el impacto del sufrimiento de Cristo en la cruz. Allí, en el Calvario, Jesús cargó con todo el peso de nuestros pecados. Sin embargo, Su gracia fue más allá de la cruz sangrienta.
El mensaje de la cruz proclamado por los apóstoles es una maravillosa expresión de esperanza y vida eterna. Por tanto, este es el motor que más nos motiva a seguir sus pasos.
