Una de las frutas más consumidas en el mundo es la pera, caracterizada por su forma redonda, piel fina, pulpa jugosa, sabor dulce y de variados colores, sus orígenes se remontan al año 3000 a.C. en las regiones templadas de Europa y Asia Central. Los responsables de popularizar y mejorar su cultivo fueron los romanos, quienes desarrollaron nuevas variedades de este fruto mediante técnicas de injerto.
En la actualidad existen muchas variedades de peras naturales e híbridas, algunas de las cuales son más dulces que otras. Dependiendo de su color pueden ser blancos, amarillos, verdes, rojos o marrones. Sin embargo, lo que pocas personas conocen sobre las peras son las propiedades nutricionales y medicinales que pueden aportar a los consumidores.
A continuación te mostramos algunos de ellos según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España (MAPA). Una de las propiedades de la pera es su efecto laxante, es decir, facilita la evacuación en los intestinos, alivia el estreñimiento o ablanda las heces para su evacuación. De hecho, aporta una cantidad importante de fibra, especialmente la variedad soluble, rica en lignina.
También contiene propiedades antioxidantes, lo que significa que previene o ralentiza el daño celular causado por los radicales libres, por lo que se dice que tiene efectos anticancerígenos, es decir, previene y combate el cáncer. Lo anterior se debe principalmente a su contenido en flavonoides. La fruta de la pera se asocia con un papel beneficioso en determinadas enfermedades vasculares degenerativas, que son muy comunes en las personas mayores y provocan hemorragias gastrointestinales.
Estas propiedades provienen del lignano que aporta, un tipo de fitoestrógeno que actúa sobre los pequeños vasos sanguíneos. Los lignanos y flavonoides también participan en otras funciones porque tienen baja actividad estrogénica y compiten con compuestos estrogénicos comunes, impidiéndoles promover el crecimiento de algunos tumores. Cabe mencionar que los estudios apoyan la hipótesis de que los países con mayor consumo de flavonoides y lignanos en su dieta tienen la menor incidencia de cáncer, hecho demostrado especialmente para el cáncer de mama y próstata.
Del mismo modo, las peras también se han relacionado con un riesgo reducido de enfermedad coronaria. En cuanto a minerales, esta suculenta fruta destaca por su contenido en potasio y vitaminas, especialmente vitamina C. Independientemente del nivel de seguridad de un alimento o planta medicinal, siempre se debe tener cuidado al consumirlo y conocer sus contraindicaciones para evitar efectos secundarios desagradables.
En el caso de las peras, hay que tener cuidado con las alergias, porque aunque son relativamente raras, pueden ser peligrosas. Si experimenta síntomas como picazón, hinchazón, sarpullido o dificultad para respirar después de comer peras, es posible que sea alérgico y debe consultar a un médico. Aunque son una buena fuente de fibra, consumir demasiado puede causar problemas digestivos como gases, hinchazón o diarrea, especialmente en personas con sensibilidades digestivas o problemas del tracto intestinal.
Las peras contienen azúcar natural y aunque esto no suele ser un problema para la mayoría de las personas, aquellas que necesitan controlar su consumo de azúcar, como las personas con diabetes, deben moderar su ingesta y considerar la cantidad total de carbohidratos en su dieta. Del mismo modo, las peras contienen sorbitol, un alcohol de azúcar que puede tener un efecto laxante en algunas personas, especialmente si se consume en grandes cantidades. Las personas sensibles al sorbitol pueden experimentar diarrea o malestar abdominal.
