Si el 24 de abril de 1965 marcó el día en que las masas armadas exigieron el regreso sin elecciones según la constitución violada en septiembre de 1963, entonces el 28 del mismo mes y de este mismo año se convirtió en un vergüenza para la segunda invasión estadounidense de nuestro territorio en este siglo. Esta es una de las razones por las que el 28 de abril es el Día de la Soberanía Nacional, establecido por la Cámara de Representantes en 2018, un día en el que se debe honrar y encomiar al pueblo dominicano, para rendir homenaje a la resistencia de nuestros héroes y mártires. .
Han pasado 59 años desde que el presidente demócrata estadounidense, Lyndon Johnson, ordenó esta intervención militar para apoyar, con el apoyo de la OEA, a un pequeño grupo de militares golpistas y de civiles con recuerdos dolorosos. Cuando llegó el ejército norteamericano, los constitucionalistas se impusieron claramente en el ámbito militar, de modo que la superioridad armada de los invasores acabó inclinando la balanza a favor de los traidores a su patria. Por tanto, preservar esta gloriosa epopeya en la mente del pueblo significa proteger la esencia de la Orden Dominicana y honrar para la posteridad la lucha de quienes defendieron la dignidad dominicana.
El historiador Roberto Casa identifica esta invasión como un momento trágico para la suerte del pueblo dominicano; Para el historiador Juan Daniel Balácer, fue una burda intromisión en nuestros asuntos internos. Cincuenta y nueve años después de una intervención armada extranjera con consecuencias desastrosas para la vida política de nuestro país, debemos destacar la serie de muertes que dejó, la devastación que causó y el insulto a la dignidad nacional que causa. Porque quien olvida su historia está condenado a repetir los errores que sembraron desunión y desgracia en el pasado, salvemos a quienes escribieron páginas de gloria con sus sacrificios, todos los hombres y mujeres que saben, demuestren valentía y presencia.
cuando la Patria declaró soberanía sobre ellos. Y en este aparentemente poco conocido Día de la Soberanía Nacional, declaremos con certeza y orgullo que la voluntad de los dominicanos no puede ser sobornada y mucho menos cedida a nadie.