Para Rafael Espinal, sin embargo, desmantelarlo en el corto o mediano plazo sería una cura peor que la causa de esta enfermedad. Algunos economistas se suman al planteamiento sobre la necesidad de un alivio de la deuda por parte del Banco Central de la República Dominicana. El vicepresidente ejecutivo del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), Miguel Collado Di Franco, coincide con esta propuesta de su par Luis Manual Piantini, pero asegura que es importante que el gobierno contribuya a esta disminución.
Lo importante a lo que hay que prestar atención es el tema de la deuda del BCRD. Pero lo más importante es que el Gobierno central pueda contribuir a eliminar esa deuda, afirmó Collado Di Franco. Considera que la cantidad actual debería congelarse y desmantelarse.
Como propusimos en el Proyecto de Ley de Responsabilidad Fiscal CREES: todos los ingresos mineros, los ingresos de las empresas estatales, los ingresos extraordinarios, entre otros recursos, deben ser considerados para la compensación. Sin embargo, agregó, el gobierno central tendría que contar con recursos excedentes para hacer frente a la deuda consolidada: la del SPNF y la del BCRD. Dijo que esto pasa por controlar el gasto para lograr superávits y transformar el sistema tributario para ampliar la base, generar más inversión y no causar tanto daño a las actividades productivas como ahora; y reduce los incentivos a la informalidad, el fraude y la evasión.
Para el economista Rafael Espinal: las cosas se decidieron con responsabilidad, el déficit no fue el único resultado de la quiebra inicial de los bancos comerciales en 2003, ni de la modalidad de emisión bidireccional de certificados de interés emitidos en un período de 21 años. Esto también es resultado del plan de utilizar la emisión de certificados para mantener la meta de inflación en 4% y anclar el tipo de cambio en tiempos de riesgo. Es una herramienta de política monetaria.
Eso no se puede criticar, porque ha mantenido la estabilidad durante los últimos 20 años. Sin embargo, Espinal cree que desmantelarlo en el corto plazo no es una prioridad máxima. BC puede mantener su déficit extendiendo su período de capitalización y continuando emitiendo en el largo plazo sin riesgo, agregó, porque la demanda y la confianza del mercado siguen ahí, agregó, esperando que el bono le dé oxígeno a las AFP, para la acción.
transacción. , para AFI y el sistema en su conjunto, como explica el profesor Espinal. Para Espinal, desmantelarlo en el corto o mediano plazo sería un remedio peor que la enfermedad.
El economista Luis Manuel Piannit dijo que el gobierno debe tomar una posición política y devolver las acciones de Barrick Gold al Banco Central para que la institución tenga los recursos necesarios para enfrentar el déficit que genera la deuda que genera el certificado. . Explicó que el gobierno debe tomar una postura política y devolver las acciones que posee en Barrick Gold al Banco Central para que la institución tenga los recursos necesarios para enfrentar el déficit causado por las deudas de títulos que acaba de generar.
Piantini asegura que ésta es la única solución que ve al problema de los certificados del Banco Central (BCRD). Según el economista, esto sólo requiere de una decisión política que conduzca a un mandato administrativo, como se hizo cuando el Banco Central transfirió al gobierno sus acciones en la ex dominicana Rosario, la empresa que extraía Placer Dome en Canadá (hoy Barrick). Amarillo).
. Con el mecanismo propuesto, BC recibirá recursos por participar en el capital de dicha sociedad, mediante los cuales BC pagará intereses sobre los certificados y el saldo de la deuda disminuirá. La transferencia de acciones, inicialmente realizada por BC en Dominica Rosario, fue transferida al gobierno central sin costo en el 2003 para resolver un problema, afirmó Piantini.
El precio de una onza troy de oro se cotiza por encima de los 2.343 dólares. Según Piantini, en cualquier caso, el gobierno dejará de recibir recursos de esta minera, ya que en dicho contrato existen impuestos y otros mecanismos de compensación, que permiten al gobierno obtener recursos adicionales provenientes de actividades de explotación social.