Hace muchos años, cuando tenía unos 80 años, escribí muchas odas, incluida una que llamé Oda a la Cosa, que decía: Todo es/es una cosa. / Si existe o no / Sigue siendo una cosa / ¿Qué? / ¡Qué bonita te queda la ropa!
/ y dices tantas cosas, / a cualquier cosa. Te hablo/de tantas cosas. / Te guste o no, / vives en las cosas.
/ En cierto modo, / y afortunadamente, / y de esa manera, / pareces vivir/ como quien no quiere esa cosa. Evitas la vida/pierdes muchas cosas. / No soluciona nada / y es como si nada hubiera pasado.
¡Detener! / Levántate y haz tu trabajo / Y empieza a caminar / Y verás muchas cosas. ¡¿Qué cosas, verdad?!
Con la aparición de la tecnología informática y más precisamente de la inteligencia artificial y otros dispositivos tecnológicos, lo que es real a veces deja de serlo y viceversa. Todo se vuelve diferente. El ya obsoleto lenguaje binario de los PC y otros dispositivos, donde vemos combinaciones de 0 y 1, pronto dejará de serlo.
Las nuevas tecnologías y los llamados ordenadores cuánticos correlacionan elementos del cálculo teórico y de la mecánica cuántica, el sistema binario casi ha desaparecido, ya que 0 puede ser 1 al mismo tiempo y viceversa. Esta nueva realidad se acerca rápidamente a sus implicaciones. Creo que nuestras mentes, con excepción de la mente artística, están formadas por principios binarios.
En ética todo es bueno o malo, correcto o incorrecto. Es más fácil ver la realidad en blanco o negro: sólo hay dos opciones. A veces es difícil distinguir los matices.
La realidad puede ser cantidad o calidad. La computación cuántica nos lleva por otro camino, que es el continuo. Técnicamente decimos: la unidad básica de información discreta es el bit (en las computadoras actuales) y la unidad de información continua es el nat, conceptualizados como qunats que tienen una relación perfecta con los qubits.
Este juego de palabras que se encuentra en el mundo de la computación cuántica representa un paradigma de tecnología e informática completamente diferente al que conocemos hoy. Estamos en el umbral en el que una cosa puede ser al mismo tiempo completamente diferente de lo que es. La nanotecnología nos apunta como la manipulación de la materia cercana al átomo para crear nuevas estructuras, materiales y dispositivos.
Esta tecnología promete avances científicos en muchos campos como la medicina, los productos de consumo, la energía, los materiales y la fabricación. Por ejemplo, gracias a las nanopartículas, los tejidos pueden cambiar su composición, volverse más duraderos, ser impermeables, incluso resistentes a las manchas, a las arrugas, insensibles al fuego y decolorarse (según las condiciones atmosféricas del lugar donde viven). expuesto).
) e incluso acumular energía, advierte la Universidad Anáhuac en una publicación. Incluso las aplicaciones militares son dignas de mención. Estamos hablando de detección y protección contra armas biológicas, químicas, radiológicas y explosivas, así como de seguimiento del estado de salud de cada soldado, con el objetivo de aumentar su capacidad de supervivencia gracias a nanosistemas biológicos.
¿A qué mundo y a qué realidad nos acercamos? ¿Cómo sería la vida en un mundo donde las cosas pudieran existir y no existir al mismo tiempo? ¿Qué ética será capaz de afrontar las posibles consecuencias de nuestros actos?
¿Qué sería moralmente correcto o no? ¿Desde qué modelo(s) educaremos a las nuevas generaciones? ¿Qué perspectiva(s) se necesitan para guiar la formación de nuevos profesionales para este nuevo mundo?
¿Cómo afectarán los avances tecnológicos a nuestra búsqueda de la felicidad y el bienestar? Sólo espero que la vida gire en torno al amor, la bondad y la compasión; Que los abrazos curativos que te dan quienes te aman y respetan; que miradas cariñosas y afectuosas; Que la amistad nutra el espíritu y nos haga seres sensibles y amorosos que no cambien a pesar de todo esto.