La vida es corta. Infidelidad, Con este lema, Ashley Madison ha atraído a personas casadas de todo el mundo que desean encontrar fuera de la familia la pasión que habían sentido extinguida en sus relaciones. Pero las cosas terminaron mal cuando misteriosos piratas informáticos expusieron los datos personales y algunos de los secretos mejor guardados de 32 millones de suscriptores.
Desde matrimonios rotos, marginación social hasta suicidios, las consecuencias han sido devastadoras para muchos de ellos. Puedes leer: Beneficios para la salud de la vitamina K2 Cuando Internet se convirtió en parte de la vida diaria de la humanidad con el auge de las punto com, el canadiense Darren J. Morgenstern ve un nicho de mercado para hombres y mujeres deseosos de aventuras fuera del matrimonio.
En 2002, fundó Ashley Madison, un portal donde estos usuarios podían subir información personal, fotografías y preferencias sexuales para conectarse con posibles amantes en su zona. Según su modelo de negocio, las mujeres pueden empezar a chatear con otros miembros de forma gratuita, mientras que los hombres tienen que comprar créditos. Después de unos primeros años relativamente tranquilos, la llegada de Noel Biderman como nuevo director general de la empresa en 2007 contribuyó a aumentar el número de usuarios gracias a una estrategia de marketing inteligente, audaz y controvertida.
La mayoría de las cadenas se negaron a emitir comerciales de Ashley Madison, por lo que Biderman recorrió estaciones de televisión de Estados Unidos con mensajes revolucionarios y escandalosos, como que la infidelidad puede tener un impacto positivo en las relaciones. Después de atraer la atención de los medios, la plataforma se expandió a varios países y en su apogeo durante la última década afirmó tener 37 millones de usuarios, además de generar ganancias por un millón de dólares. El portal promete absoluta discreción, estricta confidencialidad y los más altos estándares de seguridad a la hora de proteger los datos personales de los usuarios.
Sin embargo, como admiten en el documental antiguos empleados de la empresa, se trataba de una promesa falsa y la empresa no se protegió adecuadamente. En 2015, un grupo que se hacía llamar The Impact Team irrumpió en el sistema de Ashley Madison y extrajo casi toda la información del servidor de este grupo. Le dijo a la compañía que si no cerraba permanentemente sus operaciones dentro de 30 días, publicaría la información personal de los usuarios en la llamada web oscura.
El contenido pasa rápidamente de la web oscura a sitios de acceso público que, con una simple entrada de dirección de correo electrónico, revelarán si su propietario utiliza Ashley Madison o no. En Estados Unidos, el principal mercado de la plataforma, esto ha dado lugar a una verdadera caza de brujas con millones de personas buscando y nombrando a presuntos infieles, desde maridos hasta padres, vecinos, pastores de iglesias, políticos y personajes famosos. Los tribunales se vieron inundados de demandas por fraude y daños y perjuicios contra Ashley Madison, quien tuvo que pagar un total de 11 millones de dólares a varias víctimas.
Pero la plataforma no ha desaparecido. Cambió de propietario, se presentó como la primera aplicación de citas para personas casadas del mundo y hoy cuenta con más de 80 millones de usuarios en varios países. A día de hoy aún se desconoce quién es el autor del hack que sacudió los cimientos de millones de parejas.