Hasta este domingo, la reforma tributaria avanzaba hacia una inevitabilidad inminente e irreversible, tras los resultados electorales, consolidando el liderazgo del presidente Luis Abinader, con la cantidad de votos que obtuvo sobre su competidor y con la victoria de 29 de los 32 senadores electos, queda pendiente la culminación de esta reforma y el inicio de otro camino importante.
Esta es la señal que el propio Presidente reelecto envió a la país que anunció este lunes durante su habitual rueda de prensa que luego de recibir una llamada de sus dos principales competidores (Leonel Fernández y Abel Martínez), les comunicó su deseo de reunirse con ambos «para concretar los grandes negocios realizados en CES (CES) y Sociedad), en el que se han logrado ciertos avances.»
Eso significa que su prioridad es implementar reformas, realizar investigaciones y consultas a través de CES. Y entre estas reformas, la reforma tributaria es la máxima prioridad.
Pero el mercado también interpretó que con la victoria de Abinader, era hora de una reforma tributaria. Al menos así lo acaba de expresar la calificadora de riesgo Fitch Ratings, al asegurar que la victoria de Abinader permitirá continuar con la implementación de políticas que han creado las condiciones para un fuerte crecimiento económico en el país y ojalá se abra una ventana de recuperación para el país. . las reformas deben avanzar.
La declaración de Fitch lanza una advertencia que debe ser escuchada y tomada con la seriedad que requiere el honor: la victoria de Abinader «también podría desbloquear reformas tributarias y potencialmente superar las limitaciones de la calificación soberana».
La actual administración, a través del Ministro de Hacienda, Jochi Vicente, ha propuesto parece, tras los avances en la calificación de riesgo país, que el objetivo no es quedarse ahí sino avanzar hacia el logro de una inversión
Y si esa reforma no se concretara en su momento, el país, en lugar de avanzar hacia ese objetivo, correría el riesgo, como ha señalado Fitch Rating, de retroceder. Ejemplo de lo que pasa cuando el presupuesto se debilita: el país pierde su calidad de inversión.
Esto es algo muy fácil de entender: con el nivel de deuda del país y con un Estado. , cuyo tamaño actual equivale al 20% del PIB, se sustenta precariamente en un sistema tributario que aporta menos del 15% del PIB (aunque la Estrategia Nacional de Desarrollo apunta a una presión tributaria: 21,5% para 2025 y 24% en 2025). 2030), no estará en camino de alcanzar una calificación de riesgo de grado de inversión, pero correrá el riesgo de perder lo logrado hasta ahora.
El presidente Abinader tiene una responsabilidad que debe evitarse. . Y este es el mejor momento para asegurar la sostenibilidad fiscal, apoyada en una economía en crecimiento y en la consolidación del liderazgo logrado en las elecciones.
No afrontar el desafío significa perder la mejor oportunidad que se le ha brindado. . propuesta para dejar un legado al país, con la aprobación de la Ley de Responsabilidad Fiscal presentada a la Asamblea Nacional y con una reforma tributaria que asegure un desarrollo nacional sostenible e inclusivo. habló con los dos principales candidatos de la oposición, creemos que el presidente Abinader entiende que ha llegado el momento de cumplir con esta gran obligación.