Llenos de flores y velas, miles de hijos, esposos, nietos y otros seres queridos acudieron a otros cementerios de la capital en memoria de su hijo más preciado. Debió ser una fiesta de risas y celebración para muchos dominicanos el Día de la Madre, para quienes no tienen una madre presente, este día se mezcla con sonrisas y lágrimas. Portando flores y velas, miles de hijos, cónyuges, nietos y otros familiares acudieron a los distintos cementerios de la capital para conmemorar a su criatura más preciada.
Desde el portal de entrada abatidos, rostros tristes, con pasos lentos y algunos, entre lágrimas, caminaban por la acera hasta llegar «al lugar de descanso de una persona que, en su vida, fue «su mayor tesoro», y que, incluso después de la muerte, sigue llevando en su interior un regalo». corazón.
«Todo lo que pienso en ella de vez en cuando, para mí ella no está muerta, sigue viva en mi corazón”, dijo Altagracia Castaño abriendo las flores y el velo amarillo que porta. querida madre.
El amarillo para la madre que falleció hace 19 años a causa de un infarto, augura cosas positivas y desde entonces Castaño se ha acostumbrado a visitar y preparar la tumba para estos días, diciendo que donde quiera que esté madre es, recibe sus bendiciones.
Es un “día muy triste para la madre”, expresó que recordaba a su madre con mucho cariño y confesó que “el que pierde a su madre no le queda nada”. En la tumba también se encuentran los restos de su padre y sus dos hermanos.
Para Raquel Rosa, el recuerdo de la imagen de su amorosa y afectuosa madre la acompaña siempre, en los momentos felices, y en Malas también se queda con ella, luego de 10 largos años de separación de este mundo y expresó que a pesar de que el tiempo ha pasado, su muerte todavía lo deja tan desconsolado como lo está hoy.
«Ella murió. Hace 10 años. Ha pasado un tiempo y siento que ahora, nunca se olvida, es algo que existe todos los días. La recuerdo como una madre cariñosa y afectuosa que los regañaba cuando tenía que reprender a alguien”, dijo Rosa. caminó con un largo ramo de flores en mano junto con sus seres queridos hasta la tumba de su madre. Para otros, sin embargo, la herida es aún más reciente ya que hace apenas tres meses, Yajaira Capellán perdió a su madre en una batalla contra el cáncer y dijo que apenas pudo luchar para salvar su vida, porque esta enfermedad se propaga muy rápido y. . ella no estaba en contra de la radioterapia.
“Ella no estaba en contra de la radioterapia, pero era cristiana, seguía a Dios”, dijo Capellán entre lágrimas.
En la Puerta del Cielo, decenas de personas se reunieron con similar dolor, para homenajear a sus seres queridos con una misa encabezada por monseñor Benito Ángele Fernández, obispo emérito a la que asistió la Arquidiócesis de Santo Domingo, quien llamó no sólo a la memoria de las madres que han fallecido. sido sepultado. en este cementerio cementerio, pero también con las personas allí presentes.
«Ciertamente nos sentimos felices y orgullosos de las madres que tenemos así como de las madres que tenemos y estamos felices de recibir de la Santísima Trinidad «Dios es la madre espiritual que nos acompaña siempre en nuestra vida terrena», declaró el obispo. Las tumbas de este cementerio están decoradas con muchas rosas de colores.
