EFE.- La futbolista paraguaya Yanina Servín prepara denuncia ante la FIFA contra Atasehir de la primera división turca, donde juega desde principios de febrero y la persona a la que pidió pagarle varios meses de salario y acusarla de deficiencias la hizo vivir una aventura para sobrevivir en este país intercontinental.
La joven de 20 años llegó a Estambul el 31 de diciembre, después de que su agente. Realizó el primer traspaso internacional de su carrera, dijo Servín a Efe.
Sin embargo, descubrió que el club no le hacía honor a su remuneración mensual, ni a la comida estipulada en su contrato, ni tampoco atrasaba su billete a Paraguay. .
Futbolistas Asociados de Paraguay (FAP), que brindó apoyo legal a la joven en su reclamo ante la FIFA y la ayudó a regresar a su hogar, informó a Efe que se encuentran en un «proceso de análisis de documentos y preparando una reclamación de indemnización por pérdida de salario y otros beneficios estipulados por la FIFA.»
El jugador ha firmado un contrato con Atasehir con efectos del 10 de enero al 25 de mayo, para participar en la fase final de la temporada de la liga local.
Servín a Turquía Ky el 31 de enero y al día siguiente comenzó a entrenar en el club, luego de firmar con Cerro Porteño.
«Desde los primeros días de comiendo, me di cuenta de que eso no era lo que estaba escrito en el contrato. No cumplen a cabalidad, solo vienen a una comida al día y de lunes a viernes nada más”, afirmó la futbolista.
Dijo que compartió el almuerzo con siete jugadores en la cancha. equipo: tres africanos, dos brasileños, un venezolano y un estadounidense.
Otra desventaja es el salario, pues solo se recibe más de la mitad después del primer mes de incorporarse al equipo, confirmó Servin. recibió el dinero después de jugar tres meses.
Abrumado por la situación al finalizar la temporada, el centrocampista publicó un vídeo en las redes sociales pidiendo ayuda.
Ella estaba entonces contactada por la FAP, quien le pidió ayuda para comprar un billete de regreso. Llegó al país el 12 de mayo.
Servín advierte que su caso no es único, pues allí muchas jugadoras enfrentan el problema del abuso y la desigualdad dentro del torneo. mundo del fútbol.
“No soy el único, pero soy el único que no se quedará callado”, dijo. futbolista, que llegó a Cerro Porteño a los 17 años.
«Tenemos que dejar de normalizar que las mujeres tienen que pasar malos momentos, que no cuentan o que, «Por el simple hecho de que Como futbolista, no se valora su trabajo y no me pagan por el tiempo que estoy allí”, agregó. Servín, que ahora espera jugar en Paraguay, explicó que las futbolistas del país reciben el salario mínimo , a 2.680.373 guaraníes (unos 357,22 dólares).
Recordemos que en los Primeros Días alternaba el deporte con el trabajo a tiempo parcial como repartidora de comida, primero en bicicleta y luego en moto.
Y aunque buscaba estabilidad, no abandonó sus aspiraciones de ir a la universidad, convertirse en nutricionista deportiva y tener una nueva oportunidad militar en el extranjero.