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Monjas españolas excomulgadas se distancian del falso obispo Pablo de Rojas

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Ex monjas excomulgadas por la archidiócesis de Burgos (norte de España) y añaden que “ahora caminan libres y solas para defender la fe católica”.

Ex monjas excomulgadas por la archidiócesis de Burgos (norte de España) y añaden que “ahora caminan libres y solas para defender la fe católica”.
Diez monjas españolas excomulgadas tras declarar que se habían “separado voluntariamente” de la Iglesia católica anunciaron el miércoles que se distanciaban del obispo pseudo-Pablo de Rojas, cuya “jurisdicción” aceptaron.

Las ex monjas, excomulgadas por el arzobispo de Burgos (norte de España), añadieron que “ahora caminan libres y solas para proteger, defender la fe católica” y no reconocen ninguna autoridad distinta a la del tribunal de justicia.
En un comunicado enviado a EFE por su abogado, aseguraron que Pablo de Rojas (excomulgado en 2019) y su portavoz, José Ceacero, abandonaron el convento de Belorado, donde residían, el Lunes.
“Nadie fue expulsado de nuestras instalaciones por la fuerza”, aclaran, sino que se les informó de su deseo de abandonar el monasterio, “actuando ambos de forma voluntaria y sin ningún tipo de coacción”
En la nota firmada por las ex monjas respondieron también a las últimas declaraciones del arzobispo de Burgos, Mario Iceta, y resaltaron que el derecho de propiedad de los monasterios y sus actividades en ellos era «un cuestión puramente jurídica», independiente de la autoridad eclesiástica.

Iceta, que actuó como comisionado papal en el caso, informó el lunes que la archidiócesis emprenderá acciones legales si las ex clarisas no abandonan voluntariamente el convento, lo que les dio un período indefinido de «cautela».

Según la versión de las monjas excomulgadas, el convento está inscrito en el Registro la propiedad según escritura privada de 1969 «tiene el 100 por ciento de su propiedad íntegramente en la Comunidad de Clarisas de Belorado sin ningún otras condiciones o gravámenes adicionales.»

Por eso, agregaron, el problema “hay que resolverlo desde aquí”. respectivos juzgados y tribunales. tanto la situación actual como el juicio del caso.»

El origen de todo este conflicto fue la negativa de las autoridades eclesiásticas a permitir a las monjas vender un convento que les pertenecía. Estaba vacío, un operación con personas que pretendían comprar otro monasterio.

Pero negaron las acusaciones, diciendo que lamentaban haber sido «desafortunados», en relación con «una supuesta conspiración inmobiliaria», porque aseguraron que eran «ridículos».

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