Economicas

No nos dejemos vencer por lo adaptable por Samuel Luna

8202749480.png
8202749480.png
Estas prácticas poco éticas socavan la autoridad cívica que deben ejercer los ciudadanos dominicanos.

Estamos luchando contra el transicionalismo, la corrupción nos ha golpeado pero no nos ha derrotado, y el conformismo imperante en la sociedad nos ha enfriado y reducido acciones importantes; Sin embargo, aún nos queda vocación, fe y esperanza, que son semillas que nunca mueren. Debemos aceptarlo y expresarlo sin miedo; Estos tres factores reducen nuestra motivación para ser parte de un grupo que emprende acciones transformadoras que alteran las realidades sociales en las que trabajamos y vivimos. Estas prácticas poco éticas socavan la autoridad cívica que deben ejercer los ciudadanos dominicanos. Estas tres lluvias ácidas nos chupan el néctar que crea sinergia y creatividad, dejándonos petrificados, con un comportamiento anodino, neutro y en espiral y sin tejido sensorial. Nos dejan como nada, sin destino y sin objetivos colectivos más allá de nuestros efímeros y confusos egos.

Debemos entender que la teoría de la entrega de la transformación no se detiene el día que terminan las elecciones, es una inherente comportamiento del corrupto sistema político dominicano; Este no es un eje democrático, es un acto poco ético, basado en la deshonestidad y una búsqueda desesperada de movilidad económica y social, que sólo beneficia sus propios intereses a costa de la prosperidad de la sociedad. No hay otro motivo en el proselitismo político. Aquí se siembra y prevalece la traición, la falta de lealtad, la pérdida de conexión sin aislamiento. Se desconectan de su matriz e incluso de su ideología para conectarse con algo que no tiene sustancia pero que produce beneficios materiales. Esto parece sabio y beneficioso, pero toda esta transición afecta la democracia, afecta el desarrollo básico y fundamental de las familias dominicanas y del Estado. En una democracia representativa, el transicionalismo destruye la confianza colectiva, y una sociedad prisionera de la desconfianza destruye el crecimiento y la formación de la clase media baja y media alta; y donde estas dos clases se desintegran, hay degradación general, inseguridad y pobreza.

La corrupción ha sido un tema tan importante como la oración del «Padre Nuestro», que todos los dominicos saben recitar. esta oración. Incluso en las farmacias hay cierto grado de religiosidad, pero no todos los dominicos tienen la fuerza para expresar y practicar esta oración. Experimentamos comportamientos vagos, turbios y confusos. Ayer mismo estaba en una comunidad con muchas fuentes de agua pero sin acceso a agua potable. ¿Cómo podría República Dominicana no ser capaz de crear un sistema de distribución de agua potable para el siglo XXI? Estamos en el año 2024, un país geocéntrico, rodeado de ríos y arroyos, con ingenieros y empresas con suficientes recursos humanos y técnicos para dotar de agua potable a todos los rincones de sus 48.000 kilómetros cuadrados. Sólo hay una explicación para esto: la hipercorrupción.

El tercer factor que afecta el andamiaje que sustenta nuestro desarrollo y la seguridad de nuestra gente es el significado clave de cumplimiento. A medida que una sociedad se vuelve más controlada climáticamente, sufrirá un declive moral y económico. Cuando una cultura adopta una acción adaptativa, pierde la capacidad de crear contrapesos. Cuando los ciudadanos se comportan con resignación, crean flechas que el enemigo utilizará para eliminar a las mismas personas que forjaron esas flechas, que no son más que producto de la resignación.
El conformismo es ignorancia disfrazada. en la humildad, es miedo enmascarado por la neutralidad. Una sociedad dócil puede definirse como aquella que acepta y se adapta a trucos y operaciones fallidas que sólo crean caos e incertidumbre. Una sociedad conformista ha perdido la capacidad de intentar cambiar sus circunstancias, está dispuesta a aceptarlo; De hecho, peor aún, cree que tiene que ser así porque es la voluntad de un dios castigador. Por supuesto, somos tan bárbaros que huimos a otros países «donde Dios es más rico y no juega con la pobreza».

No sucumbamos a lo que es adaptable, tenemos que practicar. Esta vocación que un día descubriremos nos da energía y significado. Debemos recibir una fe que nos sostenga con una esperanza viva, ardiendo como una antorcha que destruye el caos creado por la oscuridad. Volvamos a la reflexión y a la parte importante que nos lleva al poder ciudadano. No nos dejemos vencer por la adaptabilidad.

TRA Digital

GRATIS
VER