Ciudad de Panamá.- Panamá aguarda la toma de posesión este lunes del nuevo presidente, José Raúl Mulino, quien se convertirá en presidente de la octava República democrática, después de los militares. régimen (1968-1989), en un acto al que asistieron el rey de España, Felipe VI, o los presidentes de los países vecinos, Colombia, Gustavo Petro y Costa Rica, Rodrigo Chaves.
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En esta elección, Mulino, de 65 años, ganó con el 34,23% de los votos, luego de una tumultuosa campaña electoral en la que inició como candidato a vicepresidente del expresidente Ricardo Martinelli (2009-2014), pero comenzó a asumir su cargo a última hora luego de que el exmandatario fuera condenado a más de diez años de prisión por corrupción y haya residido oculto en Nicaragua. embajada en Panamá.
Pero a pesar de la contundente victoria del presidente, entre los votos para el Congreso, la elección estuvo aún más repartida, lo que provocó que Mulino mantuviera varias reuniones con los escaños de la nueva Asamblea Nacional, incluidos los independientes. La coalición Vamos, primera minoría en el parlamento, es una señal de que planea llegar a un consenso sobre las medidas necesarias para sacar al país de la crisis y esto puede crear oposición social.
Crisis de inmigrantes.
A nivel nacional De hecho, el todavía presidente electo aprovechó la comparecencia de los dirigentes en su toma de posesión para reunirse el mismo domingo, entre otros, con el líder de la vecina Costa Rica, Rodrigo Chaves, para resolver “temas relacionados con la frontera entre ambos países, el Centro de Control Integrado de Paso Canoas y temas migratorios”, según un comunicado. LaConversación La conversación entre los mandatarios y sus delegaciones “se centró en la situación migratoria que afecta a ambos países, el aumento de las estadísticas de migrantes y la crisis humanitaria que viven, un problema común que afecta a Panamá y Costa Rica”, señaló el presidente Mulino.
El presidente electo también abordó este domingo la crisis migratoria con el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, en un encuentro en el que le expresaron la necesidad de cooperar “estrechamente” para “abordar y resolver la crisis humanitaria” en la provincia de Darién, frontera natural con Colombia, por donde cruzan diariamente cientos de migrantes rumbo a América del Norte.
Según el comunicado de prensa de la presidencia electa, Mulino reafirmó su compromiso con » trabajando en equipo con el gobierno de Estados Unidos para encontrar soluciones efectivas a esta situación» y destacó su «fuerte enfoque en combatir el comercio en torno a la migración irregular».
El nuevo líder de Panamá, que se encuentra entre sus diversos desafíos Ante la crisis migratoria, propuso la repatriación masiva de inmigrantes ilegales que cruzan el bosque del Darién desde Colombia, al tiempo que exigió a Estados Unidos que firmara un acuerdo legal para financiarla, después de que una cifra sin precedentes de 520.000 personas cruzaron la selva en 2023, y este año el la cifra ha superado los 195.000, según datos oficiales.
Uno de los otros líderes con los que Mulino debería abordar el tema migratorio es el colombiano Gustavo Petro, que llegó a Panamá el domingo, y junto a otros presidentes asistirá también estarán presentes la toma de posesión como presidente dominicano Luis Abinader o la hondureña Xiomara Castro.
El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares; Ecuador, Gabriela Sommerfeld; de Paraguay, Rubén Ramírez; Perú, Javier González Olaechea; Colombia, Luis Gilberto Murillo, y Nicaragua, Denis Moncada, entre otros.
Una de las figuras que más expectativas despertó fue el rey Felipe VI, quien asistió a la toma de posesión del presidente que estaba a punto de cumplir 5 años. atrás. , Laurentino Cortizo, y también lo ha hecho como el príncipe en películas de Ricardo Martinelli (2009), Martín Torrijos (2004) y Mireya Moscoso (1999).
Además, esta será la tercera inauguración de el viaje a Centroamérica este año, tras el del presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, en enero y el de Nayib Bukele en El Salvador el 1 de junio.
