El Presidente de la Cámara de Representantes y el Senado de la República se comprometieron ayer a estar dispuestos a dedicar más tiempo al debate sobre el proyecto de Código Penal, en particular por realizar una audiencia pública y reformarlo.
Durante la sesión, Alfredo Pacheco, presidente de la Cámara de Diputados, declaró que el conocimiento del proyecto se hará con atención, porque ha llegado el momento de modificarlo. y ha anunciado que puede ser objeto de una audiencia pública, para que todos los sectores puedan opinar y hacer sugerencias.
Aseguró que el Código Penal debe implementarse sin prisas y propuso que un comité especial pudiera escuchar lo que el sector del campo quisiera presentar y hacer sugerencias sobre los aspectos resaltados. “Sobre todo hay que considerarlo con calma”.
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De igual manera, Ricardo de los Santos, presidente de el Senado, está dispuesto a comunicar al Senado cualquier modificación que los diputados introduzcan en el Código Penal. Dijo que lo mejor sería que retomaran el Código que aprobaron y lo enviaran a los diputados, y si lo modifican, en el Senado lo analizarán y si están de acuerdo, lo aprobaré nuevamente. Este tema abrió nuevos debates en el Congreso, en el que el presidente de la Cámara de Representantes del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Julito Fulcar, declaró su apoyo a presentar públicamente el documento que modifica el Código Penal. vistas.
Dijo que durante la sesión de este jueves se enviará a la comisión especial la iniciativa sobre el Código Penal.
Reiteró que la mayoría del proyecto es consensuado , pues hay muy pocos elementos que generen diferencias.
Aclaró que el objetivo es crear un Código Penal que no esté desactualizado y quede obsoleto.
Por su parte El diputado Pedro Martínez, de Alianza País, afirmó que el proyecto de Código Penal tiene aspectos inconstitucionales y que están dispuestos a dejar que la Corte Judicial Constitucional, visión apoyada por el diputado peledeísta Gustavo Sánchez.
Martínez Entendió que el Código era conservador y pretendía extender la impunidad a los delitos cometidos actualmente al amparo de actividades religiosas, que nada tienen que ver con la fe en Dios.
