Economicas

Distopía, caos y depresión

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528 años sin dolientes; La ciudad conocida como “Prime of America” está hoy abandonada a su suerte, con montañas de basura, una contaminación insoportable que amenaza nuestra salud y un hedor que nos llena la nariz todos los días. Lamentablemente, Santo Domingo no es más que atraso, caos y desesperación.

Este 5 de agosto la capital celebra su quincuagésimo octavo cumpleaños, unos números son difíciles de pronunciar, lo que se hace aún más evidente cuando uno va sale a las calles y observa la triste y patética realidad de esta ciudad que merece un destino mejor.

Fundada por Bartolomé Colón en la margen este del destruido río Ozama, luego trasladada de este lado. por Nicolás de Ovando, Distrito Es solo la suma de carreteras picadas, cortes de energía interminables, inundaciones con cada llovizna, conducción imprudente que pone en peligro nuestras vidas, suciedad y crimen implacable.
Lectura adicional: Sopa Joumou
La migración del campo a las ciudades (inteligentemente explicada por la profesora Isis Duarte en Capitalismo y superpoblación en Santo Domingo) ha hinchado todos los distritos de la ciudad, degradado los servicios y creado una especulación despiadada de la tierra.
La flora de la capital fue talada; La mayoría de las zonas urbanas no tienen árboles, y zonas como Gascue, donde antes la gente caminaba sin que la luz del sol brillara sobre su piel, ahora son un páramo desolado y abarrotado de edificios de apartamentos y la basura huele mal. Con el desarrollo urbano vertical, distinguir el agua potable de las aguas residuales se hace cada vez más difícil, como ocurre en la zona “exclusiva” de Naco, donde nadie sabe con certeza qué le pasará cuando decida tomar un ducha.

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