Como sabemos, «para ser posible, las cosas no tienen por qué ser posibles». Por eso, como los muchachos de mayo del 68 en París, los dominicanos debemos ser humildes y aspirar sólo a lo imposible. Déjame explicarte.
La nación lleva una deuda social acumulada, cuando las tareas que deben ser cumplidas se acumulan y se demoran de un gobierno a otro, porque aquí Siempre hay elecciones que ganar. una oligarquía que agrada, los grupos de “padres de familia”, convencidos de que todos somos “hijos de los grandes…”.
Nosotros los dominicanos, con informes del FMI, Banco Mundial, BID ; tenemos el Plan Decenal de Educación, el informe Atallí, la Constitución, las leyes y sus reglamentos; Para eso, también contamos con la sonrisa de una diosa y las largas piernas de cierta dama «cuyo nombre debo olvidar». Sin embargo, siempre hay algo que nos impide organizar nuestro hogar nacional con la justicia social como bandera. Nuestro país quiere mafia en todas partes, pandillas en todas partes, bandas de «vigilancia» en los ayuntamientos, ministerios, mafia policial, connivencia civil-militar-comercial en los asentamientos migratorios, torniquetes en la frontera. La mafia lo tiene todo, las pandillas están por todas partes. Precisamente por eso sería estupendo, «sería un detalle, un gesto de su parte», que el presidente Abinader, con las fuerzas legislativas a su disposición y las facultades que le da la Constitución la ley, hiciera lo que le había nunca se ha hecho. y está incluido en 16 propuestas de reforma destinadas a reconstruir las instituciones del país.
Mientras Venezuela navega por la inestabilidad de un mundo multipolar y escéptico, las élites nacionales y los miembros de la gran clase media no pueden continuar desarrollándose” turismo” con orgullo, plenitud e igualdad ante el mar de nuestros egos, mientras que al menos uno de los tres dominicanos no valora muy bien a estas niñas, salvo en las estadísticas oficiales.
Nuestro problema es conocido por la mayoría de la gente en el mundo. Todo aquí ha sido investigado, analizado, diagnosticado. Somos un país de mafias sagradas, con una clase política más teórica que nunca y diferida como siempre, con una clase política más teórica que nunca. pocos ejemplares no retirados siempre tienen dificultad en cada solución, perdón por la rima el presidente Abinader (el hijo del médico que era mi amigo) tiene la voluntad, el poder y los legisladores reformados están ahí. Así que manos a la obra, señor presidente. Si piensa demasiado, no podrá hacerlo.
