Una mesa larga, formada por dos mesitas cubiertas con manteles blancos y rodeadas por tres sillas, ocupa el centro de Granada Granada. Todo estaba muy limpio, impecable.
Se programó una cita para las 10:00 am. Eran las 10:23 am. Don Manolete tomó el asiento central, su majestad bachatica se sentó frente a él, y Eu – quien acababa de saltar de un motoconcho a toda velocidad y cruzar corriendo la barra – se sentó a su lado.
Don Manolete: – Respira primero y bebe un poco de agua para iniciar la reunión.
Cuando Eu volvía a respirar normalmente, sin ahogarse, Don Manolete dijo: -Te convoqué a esta reunión porque debo compartir las ganancias.
Eu: -Soy un hombre casado Don Manolete y con todo el dinero del mundo, no lo haría…. Ah, pero mejor habla con tu reina Bachatica.
La risa que sigue a tal respuesta es bastante general.
Don Manolete: (todavía intentando reír): -Jajajajaja a veces es mejor que hables.
Su Majestad Bachaitica: – Jajajaja no le dé ninguna opinión
Don Manolete: -Um, quiero decir que las cosas van muy bien estos días, parece que es mi tutor. santo lo ha oído. mi llamado y estos son los beneficios.
Don Manolete se levantó y sacó un papel y lo leyó en voz alta:
-A partir de este mes, siempre habrá un concierto cada dos semanas o cada mes, ya veremos, pero seamos claros, seremos un lugar de música en vivo. Además, el jueves todo el día y el domingo de seis a nueve, dos por uno en una taberna criolla.
Eu: -Haz más, haz más por el gusto de hacerlo. Don Manolete: – Ya basta cabrón, no seas tan cruel y por el amor de Dios déjame terminar de una vez.
Eu: Claro que no tiene eso, no hay problema.
Don Manolete: (Saca los tres sobres que repartió a todos y toma uno para él) -Uno Lo último que les quiero decir, nos fue muy bien últimamente, ahora lo han hecho muy bien. toma lo que es tuyo, actúa con cuidado porque la ciudad está en llamas y por todos lados vuelan los más feroces.
Eu: (con sobre en mano) Deben matarme para recuperar mi dinero.
