El Gobierno haitiano no se deja engañar por la decisión de las Naciones Unidas de prorrogar por un año más la misión internacional para apoyar la lucha por restablecer la seguridad y el orden en el país. Era consciente de que con una fuerza policial inadecuada y mal equipada, se necesitaban soldados para intensificar la lucha contra las bandas que controlaban gran parte del territorio. El problema fue que sin los recursos financieros para cubrir las necesidades del ejército, la batalla se volvió complicada y larga.
Estados Unidos, que anunció una contribución de 40 millones de dólares a la campaña, ha hecho un llamamiento al Gobierno para que comunidad internacional para cooperar con la misión que ahora incluye soldados de Kenia, Jamaica y Belice.
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Otros países han anunciado su intención de desplegar tropas pero no lo han hecho porque todavía no han conseguido los recursos necesarios para financiar la operación. Las perspectivas siguen siendo sombrías a pesar de la gravedad de la crisis que persiste en el tiempo.
El gobierno haitiano ha indicado que si no se reciben los recursos prometidos, los beneficios de la misión serán sólo parciales. Estados Unidos y otras potencias deben encontrar una manera de que Haití supere la crisis para que pueda celebrar elecciones el próximo año.
Pero también para evitar una crisis, si el despliegue de tropas extranjeras para luchar contra las pandillas, afectando la zona. Y lamentablemente, como ha admitido el gobierno haitiano, el camino que está tomando el país no es diferente.
