La repatriación de inmigrantes indocumentados es prerrogativa de cualquier país y no debe considerarse un asunto individual ni una opresión de una población en particular. Esta es una actividad que cada país lleva a cabo para garantizar los derechos de sus ciudadanos. La inmigración ilegal en sí misma no es una amenaza a la seguridad –bajo ciertas circunstancias y contextos– pero debe ser considerada una cuestión de seguridad nacional cuando amenaza con exceder la capacidad de gestión del gobierno de ese país.
Sin embargo, tal emigración no puede ser condenada; personalmente no la rechazo, porque creo que sería hipocresía de mi parte, ya que sé que al menos una persona inmigró ilegalmente desde la República Dominicana. a otro país – (Me atrevo a sugerir que cualquiera que lea estas líneas lo hará).
Pero la inmigración ilegal (independientemente del origen de los inmigrantes) tiene efectos en el destino de la sociedad que deben anticiparse y cuidarse y son de gran preocupación para el Estado porque puede desequilibrarlos.
Sin embargo, poniéndose en el contexto de la situación actual, República Dominicana ha sido criticada por su decisión de repatriar al menos a 10 mil personas declaradas por a las autoridades cada semana inmigrantes ilegales (ciudadanos haitianos), y aunque, personalmente, esto me parece factible o no, pero entiendo que es una medida en el marco de las autoridades y las leyes que apoyan al Estado, siempre que esta repatriación se realice en cumplimiento de los estándares establecidos por la normativa nacional e internacional con los que está comprometido el país.
Pero República Dominicana- ¿es el único país en hacerlo? ¡Por supuesto que no! Solo para dar un ejemplo, en 2023, Estados Unidos (principal destino de la migración ilegal dominicana) repatrió al menos 380 mil personas (una cifra cinco veces mayor que en 2022), esto significa que para 2023, semanalmente, la Estados Unidos habría repatriado a unas 7.300 personas, una cifra muy similar a la predicción de nuestra administración, que si logran su objetivo, en el tiempo que lleva el año, que es la semana 40 de 2024 (al momento de escribir este artículo), repatriar a un total de 120 mil inmigrantes ilegales.
Entiendo que el contexto principal de las fuerzas políticas, sociales y económicas de Haití motiva a sus ciudadanos a buscar nuevas oportunidades para mejorar sus vidas fuera de su país de origen, y para siempre. Por razones, el destino ideal es República Dominicana, pero este contexto no debe usarse como motivo de ataques contra República Dominicana, ya que países como la Unión Europea, solo en 2022, emitieron más de 420.000 decisiones de regreso al público. Pueblo argelino y marroquí. y los paquistaníes, que sin entrar en detalles han intentado entrar en estos territorios por razones iguales o peores que las de nuestros vecinos.
En definitiva, no se trata de abordar el tema desde el sensacionalismo, el populismo. Desde una perspectiva nacionalista, ni siquiera es posible ver el volumen y el impacto de la ley de migración ilegal para un país. Efectos como la superpoblación, la sobreexplotación de los recursos, el aumento de la pobreza, la disminución del empleo, la sobrecarga de los servicios sociales, etc.
Llamo a una verdadera migración controlada, que permita al Estado saber quién pertenece al territorio, qué hacer , cuánto tiempo quedarse y cómo contribuir a la sociedad, y para ello es necesario establecer orden. Hay una máxima jurídica que debemos recordar: “La ley es dura, pero es la ley” y todos debemos respetarla.