En la cocina hay un alimento sencillo que cada día ha encontrado su lugar en la mesa: el huevo. Año tras año, este humilde producto ha demostrado ser no sólo una de las preparaciones más versátiles, sino también una de las más nutritivas. Características que lo hacen cada vez más importante.
Su presencia en las recetas cotidianas no es casual: combina nutrición, accesibilidad y sostenibilidad sostenible, convirtiéndose en un producto básico para toda la familia más que para la industria avícola.
Los huevos son una de las fuentes de proteínas más completas disponibles. Proporciona los nueve aminoácidos esenciales que el cuerpo humano no puede producir por sí solo, lo que lo convierte en una parte importante de una dieta equilibrada.
Además, es una excelente fuente de vitaminas A, D, E. y B12, así como otros nutrientes como la biotina y el folato, son esenciales para el funcionamiento normal del organismo. También aporta minerales como hierro, fósforo, zinc y selenio, esenciales para la salud celular y el sistema inmunológico.
Un aspecto importante es la presencia de colina, nutriente que juega un papel importante en el desarrollo del sistema nervioso y la memoria. Todo esto convierte al huevo en un alimento recomendado para personas de todas las edades, ya que contribuye a la salud general y al mantenimiento de las funciones cognitivas.
Producción de huevos y su impacto ambiental
Comparado con Otras proteínas animales, la producción de huevos tiene un impacto ambiental significativamente menor. Los pollos convierten los alimentos en proteínas de manera muy eficiente, reduciendo el uso de recursos como el agua y la tierra. Esto convierte a la avicultura en una de las formas de producción de alimentos más sostenibles.
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Sostenibilidad Esto es un tema cada vez más importante en el contexto global y la producción de huevos en Argentina se adapta a estas necesidades. Las prácticas de manejo responsable, junto con la eficiencia de la producción, posicionan a la avicultura como una alternativa amigable con el medio ambiente.
Durante muchos años, los huevos han sido controvertidos debido a sus supuestos efectos sobre los niveles de colesterol de los animales. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que esta relación es errónea.
El médico especializado en obesidad, Alberto Cormillot, explicó en una nota anterior a Infobae que el consumo de huevos no aumenta el colesterol en sangre ni lo reduce peligrosamente, siempre y cuando es. incluirlo en una dieta equilibrada.
De hecho, una investigación de la Universidad de Castilla ha demostrado que su consumo regular puede mejorar los niveles de colesterol bueno (HDL) y ayuda a reducir el índice de masa corporal (IMC). Esta evidencia respalda la idea de que incluir uno o dos huevos al día en la dieta no sólo es seguro sino también beneficioso para la salud del corazón.
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Sin embargo, aunque existen dietas populares como la “dieta del huevo”, es fundamental seguir siempre las recomendaciones de los profesionales médicos para evitar dietas restrictivas que puedan resultar perjudiciales.
Una de las discusiones recientes en torno a este alimento es la diferencia entre huevos comerciales y huevos orgánicos o de gallinas camperas. Según los expertos, los huevos de pastoreo tienen un mayor contenido de omega-3 y proteínas debido a la dieta y el entorno en el que se crían las gallinas. La productora avícola Maca Etcheberry resalta que los pollos que viven en pastos no sólo tienen una mejor calidad de vida, sino que también ayudan a fertilizar el suelo, promoviendo así un ciclo productivo más natural y amigable con el medio ambiente.