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QUOD SCRIPSI, SCRIPSI

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Durante sus dos mandatos como presidenta municipal, Griselda Martínez alardeó de su supuesta integridad y honestidad que con el paso de los días resultó ser nada más que una farsa y un farsa.

LA VILLANA. Durante sus dos mandatos como presidenta municipal, Griselda Martínez alardeó de su supuesta integridad y honestidad que con el paso de los días resultó ser nada más que una farsa y un farsa. Las declaraciones de la alcaldesa Rosi Bayardo, denunciando gravísimas violaciones del agresivo expresidente, dejaron en evidencia la realidad de la alcaldía de

manzanillo: no hay transparencia, no hay mucho dinero y no hay bien gestión de la administración urbana. Y muestra un botón:

En palabras de Griselda, dejaría dinero «hasta para pagar las risas» de los trabajadores del sindicato, como le dijo a la dirección del ex Sutsam, y tal cosa habrá Según ella, el resto y los ahorros en el banco, para que el actual gobierno no tenga que pasar por las pruebas que pasó cuando llegó al poder.
No hay un día. eso pasa que Griselda no pasa de llamarse adalid de la honestidad y de la lucha contra la corrupción, olvidando que la ley prevé muchas formas de
corrupción y ella contrató a mucha gente. Estuvo seis años afirmando que había saldado todas sus deudas y dejaría al tesoro de la ciudad y dinero para trabajar y cumplir con muchos compromisos.

Es un largo camino, Rosi Bayardo y su equipo tuvieron que afrontar la realidad de un gobierno plagado de ignorancia, enredos e irregularidades económicas

. Entre las primeras mentiras estaban las financieras: no había dinero en la cuenta, ni siquiera para pagar a los empleados durante las dos primeras semanas. Tampoco es cierto

que los camiones de basura que tanto le gustaba fotografiar estuvieran todos pagados, alegando que estaban «libres de deudas» y que eran «suyas, sin cumplidos» .
Lo que sea: En realidad, han sido seis años de aumentos salariales escandalosos, adquisiciones injustificadas, despilfarro injustificado de recursos -malversación-, ruina total. Así fundaron Rosy Bayardo y sus colaboradores la comuna de Buenos Aires. En definitiva, todo es una ilusión, un truco, un montaje, en el que Griselda Martínez se revela como una excelente actriz, y como una de las peores: una villana. UN BUEN DÍA.

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