La última elección nos dejó a los dominicanos muchas lecciones, y al mismo tiempo más preguntas que respuestas. Por ejemplo, en mi caso particular, trato de entender la política, luego trato de convencer a los demás de mi punto de vista, encuentro que el dinero para ganar elecciones es tan necesario como echarle limones a la limonada. También he sido testigo de la capacidad del aparato estatal, sus instituciones y los funcionarios que dirigen esas instituciones para distorsionar la voluntad del pueblo e inclinar la balanza a su favor. Pero lo que realmente creo con más fuerza, y lo digo porque lo doy por sentado, es esto: el Estado puede ser derrotado, el prestigio no puede transmitirse y el liderazgo no puede heredarse (debe construirse mediante el trabajo político).
En este sentido, intentar minimizar la figura política en la que se ha convertido Omar Fernández es el error más grave que pueden cometer directamente sus opositores o sus competidores. Este «niño» se ha convertido en un fenómeno, y el botón lo demuestra: allá donde va, los jóvenes acuden espontáneamente a saludarlo y a hacerse fotos con él. El joven Fernández ciertamente estaba “chupado” y el “dinosaurio político” lo entendió bien. El dinosaurio político es un ejemplar que lleva “siglos” metido en política y no se ha retirado.
Algunos dinosaurios políticos han puesto sus ojos en Omar Fernández y ven en él Le tomamos la dosis necesaria de colágeno para mantener tu piel sana y reducir las arrugas, que por mucho que queramos evitarlas, el tiempo pasa quitándonos la juventud que alguna vez tuvimos. Si bien es cierto que el colágeno si funciona…
Por eso, cuando digo que el carisma no se transmite es porque durante las últimas elecciones municipales, veo como Omar se postuló para alcalde de Domingo Contraste. DN, y todavía no pudo vencer a la carismática Carolina Mejía. Entonces, cuando el amor es recompensado con amor, Domingo Contreras ve cómo Omar puede convertirse en el colágeno que necesita para arrugarse lo menos posible con el tiempo; ahora lo consideran su candidato presidencial. El senador Félix Bautista hizo lo mismo, esta idea no es descabellada sino al contrario muy buena.
Omar, no es que tenga mucho futuro, pero se ha hecho realidad de la mano de muchos , pero en un momento en el que se está acabando el tiempo para los dinosaurios políticos; Omar todavía tiene mucho dinero y debe esperar. La paciencia, gestionar las emociones y determinar la situación adecuada son esenciales para un político que quiere alcanzar el escalón más alto del podio.
Espera Omar… Espera… como dijo Miguel de Cervantes: “Confía en ese tiempo A menudo trae dulces soluciones a muchas amargas dificultades”.
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