El colapso del gobierno sirio, derrocado por rebeldes que luchan desde hace 13 años, plantea muchas preguntas sobre el curso de los acontecimientos en esta caótica región.
El presidente Bashar Al Assad, que se benefició Sin el apoyo de Rusia e Irán, finalmente tuvo que partir en avión debido a la inminente toma de la capital, Damasco, debido a la incapacidad de su gobierno para defenderse. Los rebeldes se han beneficiado del apoyo turco desde el principio. El resultado de los acontecimientos hace que el tenso escenario en Oriente Medio sea aún más inestable.
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Presidente Al-Asad, que gobierna Con mano de hierro, siempre ha contado con el apoyo de sus aliados, quienes en esta ocasión parecen haberles dejado en paz para conservar el poder. Siria comparte fronteras con Türkiye al norte, Irak al este, Israel y Jordania al sur, y el Líbano.
Tiene una población de 17,5 millones de personas, la mayoría de las cuales habla árabe y según el Islam, los sunitas son la mayoría. A los trastornos en Medio Oriente se suman los casos de Rusia y Ucrania. La postura que adoptarán las fuerzas yihadistas que derrocaron al gobierno ante el conflicto en la región sigue siendo una de las principales incógnitas.
