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G60 y Silvano

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El caos restante se disuelve en los vaivenes de una historia que no tiene una definición clara e infunde miedo a quienes viven en este espacio-tiempo.

(Extracto de «Conversaciones con Efraim». Por Eugenio García Cuevas. Editor Isla Negra, 2024)

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En esta década En En la década de 1940, conocemos el momento en que Trujillo quiso abrir la puerta a la democracia -bajo la presión de los cambios de posguerra- y permitió de mala gana el surgimiento de de los partidos liberales, medida que, tras implementarse, debido a su imagen cada vez más rechazada, tuvo que dejar sin efecto pocos meses después, provocando el primer terremoto de rechazo colectivo a la dictadura. La consecuencia de la represión fue la expedición de Luperón en 1949.

En estos episodios, Trujillo, el gran gobernante del imaginario dominicano en las décadas de 1920 y 1930, conoció a una generación que, a pesar de haberse criado principalmente bajo una dictadura, realmente no lo sabía. Es una generación que, a pesar de alimentarse de las consignas propagandísticas del régimen, también tiene acceso a la radio de onda corta, a los periódicos y al cine, por lo que conocen la existencia de la Unión Soviética y la caída del fascismo y el nazismo. . ; y también vivió los caminos dictatoriales abiertos en España, con Francisco Franco en 1939.

Luego la generación de los 60 conocería las dictaduras de Alfredo Stroessner en Paraguay y de Marcos Pérez Jiménez y Gustavo Rojas. Pinilla, en Venezuela y Colombia, 1953. Por supuesto, las dictaduras que surgieron entre y después de la Segunda Guerra Mundial se diferenciaron de las dictaduras mesiánicas de Stalin, Mussolini, Hitler y Trujillo, porque estas últimas se basaron en ideologías sustentadas por fundaciones que apoyaban estrategias que vinculaban la capacidad de producción nacional y las exportaciones. . así como en controlar el grado de inversión externa.

Sartre, en El ser y la nada, su obra filosófica suprema (Librairie Gallimar, 1943), tiene la respuesta al nudo que une este rostro humano a la realidad. : “Básicamente, novelistas y poetas han enfatizado esta cualidad separadora del tiempo, así como una idea relacionada que surge (…) de la motivación tiempo: que todo lo ahora está destinado a ser pasado; porque el tiempo roe y erosiona, separa, huye y también como separador -separando a las personas del dolor o del objeto del dolor-, para sanar.»

Para Sartre, la fuerza humana del tiempo debe comprender e interiorizar el verbo existir, no como un hecho casual, sino como un hecho fenomenológico que quienes hemos vivido dictadores pudimos decodificar el concepto de historia que los trajo. nosotros – sin degradarnos – aspiramos a una supervivencia que combine la admiración, el miedo y la resistencia con la secreta sospecha
Y esto, sin duda más, porque como testigos de primera línea tuvimos que afilar nuestras gafas y evitar sospecha, tragando -no masticando- los elogios proclamados por los delegados según los cuales Trujillo era el gran tesoro del país, una especie de dictador que arregló muchos caos en el país. El caos restante se disuelve en los vaivenes de una historia que no tiene una definición clara e infunde miedo a quienes viven en este espacio-tiempo.

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