WASHINGTON. — En el momento en queDonald Trump asumió el cargo de presidente, después de tomar protesta, él mismo hizo una amenaza con respecto a la situación de ilegalidad de la migration, y mandó un mensaje a los carteles como una forma de expresar que eran una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. Tras tomar protesta como presidente, el republicano no perdió tiempo en poner en marcha una agenda legislativa que reafirma sus objetivos conservadores, primordialmente en el combate a la migracion clandestina y la seguridad de la frontera. Esto hizo que la presencia de militares a lo largo de la frontera con México se desplegara de manera inmediata, una decisión que ha generado debate en el ámbito nacional e internacional. También retomó un programa de deportación en masa y se endureció contra los posters, declarándolos como grupos terroristas, esto podría dar pie a acciones armadas unilaterales en contra de ellos. La mayor parte de las acciones que se concentraron en revertir los avances en términos de movilidad, ambiente y equidad social, fueron justadas por el presidente Trump como un trato que se había hecho realidad desde el primer momento de su segundo mandato. Sin embargo, sus consecuencias han generado respuestas mezcltas: mientras sus allegados celebran el hecho de que consideran un comienzo firme de la «reuperación de la grandeza de Estados Unidos», críticos y activistas de derechos humanos advierten sobre las consecuencias de esas políticas, calificando las mismas de inhumanas y dividorias. Estados Unidos se vuelve a posicionar como una gran nación. No obstante, la fuerza y rapidez de sus acciones presagiaban una gobernación llena de presiones políticas, a nivel mundial o local.
Trump dará aviso de que enviará militares al límite; solicita una acción inmediata.
Esto hizo que la presencia de militares a lo largo de la frontera con México se desplegara de manera inmediata, una decisión que ha generado debate en el ámbito nacional e internacional.
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