La señora de la edad de 62 años dijo con regocijo que la sanación de su hijo no ha sido en balde, debido a que su fe no se ha debilitado.
Bajo una capa de música afrocubana y un par de tacones, los devotos viajaban por el suelo y descendían de sus vehículos, los feligreses de la denominación católica, como cada año, visitaban el santuario para realizar sus peticiones y venerar a la virgen, bajo la convicción de que esta mamá escogida contestaría a sus requerimientos. La señora de la edad de 62 años dijo con regocijo que la sanación de su hijo no ha sido en balde, debido a que su fe no se ha debilitado.
Agregar Comentario