Entre los beneficios de los programas y enfoques interdisciplinarios que integran las humanidades, las ciencias y las artes está el impacto transformador en la sociedad, ya que permiten abordar temas relevantes y sensibles, dar voz a comunidades marginadas o desfavorecidas, y promover la reflexión crítica y la conciencia social
El arte juega un papel crucial en el contexto sociocultural y en los ambientes educativos. Para Cahnmann-Taylor (2013), tiene mucho que ofrecer a los académicos, desafiando a pensar creativamente sobre lo que constituye investigación; explorar formas aún más variadas y creativas de participar en los procesos experimentales.
La investigación en las universidades tiene el potencial de generar el conocimiento necesario para abordar problemas, fomentar la innovación y generar cambio. Las artes aportan significativamente a la cultura investigativa mediante el desarrollo de nuevos programas, colaboraciones y proyectos que aprovechan la capacidad singular de los artistas para analizar fenómenos de manera profunda (Sullivan 2010).
Entre los beneficios de los programas y enfoques interdisciplinarios que integran las humanidades, las ciencias y las artes está el impacto transformador en la sociedad, ya que permiten abordar temas relevantes y sensibles, dar voz a comunidades marginadas o desfavorecidas, y promover la reflexión crítica y la conciencia social.
Esto puede conducir a cambios de actitudes, comportamientos y políticas sociales. Según Leavy (2010), los artistas pueden ofrecer nuevas formas de ver el mundo, cuestionar narrativas dominantes y explorar realidades alternativas a través de la creatividad.
Dentro de las metodologías en arte (los enfoques que los artistas, investigadores y docentes utilizan para explorar, producir, interpretar y comunicar ideas en torno al arte) está la investigación basada en arte o Arts-Based Research (ABR).
A diferencia de las investigaciones tradicionales, que se centran en recopilar y analizar datos empíricos (Wammack, 2015), la ABR busca generar conocimiento a través de la práctica artística y la exploración estética. El proceso creativo es una forma de investigación en sí misma.
Hernández (2008) plantea que los artistas investigadores utilizan su práctica y producción artística como medio para investigar conceptos o fenómenos específicos, valiéndose de su experiencia y conocimientos para generar ideas y perspectivas originales.
Asimismo, involucra diversas formas de expresión artística, como la pintura, escultura, danza, teatro, música, literatura, cine y la fotografía; promoviendo la exploración, la experimentación, la reflexión crítica, la conciencia y el cambio (Leavy, 2020; Morris & París, 2022).
La ABR no reemplaza otras formas de investigación, sino que ofrece un enfoque complementario y específico para abordar ciertos temas dentro del ámbito de las artes y la creatividad.
Reconoce y valora la práctica artística como forma válida de investigación académica que contribuye al avance de conocimiento en las artes y disciplinas afines (Hernández, 2008). Es un enfoque flexible y su uso en cada etapa del proceso de investigación puede variar dependiendo del contexto y los objetivos del estudio (Hernández, 2008; Levy 2020).
La práctica artística se integra en una Un estudio o taller de arte en un entorno universitario puede verse como un espacio para explorar la práctica. Un diseño de investigación consistente y riguroso en el que la visualidad y la estética enriquecen la comunicación de los resultados (Prosser y Locksley, 2017). , lo suficientemente robusta para cumplir con los estrictos estándares institucionales y las altas expectativas del mundo del arte (Sullivan, 2010).
En 2024, la Universidad Iberoamericana Unibe integró su centro de investigación en un Centro de Investigación en Arte diseñado Estudiar y aplicar métodos de investigación innovadores con el objetivo de desarrollar actividades prácticas y reflexivas para integrar la creación artística en la investigación y contribuir así a la creación de conocimiento significativo.
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