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WASHINGTON – Louisiana, Arizona, Oklahoma y Florida se preparan para ejecutar a los reclusos condenados por certificados de defunción entre los martes y jueves de esta semana. Termina la vida de Jesse Hoffman, un afroamericano de 46 años, condenado por señuelo, violación y asesinato en la víspera del Festival de Acción de Gracias de 1996. Durante su escape, Jinchi intenta matar al oficial de policía sobreviviente gracias a su chaleco a prueba de balas. Fue ejecutado en Oklahoma por matar a una mujer en su casa durante un robo en 2005. La Corte Suprema reintrodujo la pena de muerte hace casi 50 años. Estados Unidos ejecutó a 1.613 personas, seis de las cuales fueron llevadas a cabo por ellos para 2025.
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