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Londres. Un hedor invade la segunda urbe más grande del Reino Unido. Por un conflicto entre el ayuntamiento y los recolectores de desechos, los residuos se han acumulado durante un mes en Birmingham. Es repulsivo a la vista y desagradable al olfato. Se dice que las montañas de basura son visibles desde el espacio y la gente se ha quejado de ver ratas tan grandes como gatos entre los desperdicios.
Naeem Yousef comentó: “Puedes ver el líquido que gotea de las bolsas y llega a la calzada. Apesta”, dijo Naeem Yousef. “Está deteriorando las zonas. La gente dice: ‘Mira estas zonas, qué sucia está la gente'”.
Las negociaciones de este lunes no lograron un acuerdo, pero se acordó retomar las pláticas este martes, mientras la huelga cumple su quinta semana.
Miembros de Unite, el sindicato que representa a los trabajadores de los camiones de basura, cesaron sus labores el 11 de marzo, a causa de la supresión de un puesto de trabajo y recortes salariales severos. El ayuntamiento afirmó que ha hecho una oferta razonable, que los recortes solo afectarían a un número reducido de empleos y que los puestos eliminados son innecesarios.
Mientras las aceras se llenaban de bolsas negras y su contenido se desparramaba por los agujeros roídos por alimañas, el ayuntamiento declaró que era una situación seria para enviar más equipos y vehículos de limpieza.
Fotos en portales de noticias y redes sociales muestran muebles, colchones y parachoques de automóviles tirados ilegalmente junto a bolsas de basura repletas. En un barrio, se incendiaron bolsas de basura.
Birmingham, una ciudad de más de un millón de habitantes, ubicada a 160 kilómetros (100 millas) al noroeste de Londres en las Midlands de Inglaterra, ya ha experimentado esto antes. Una huelga de basuras en 2017 causó un caos similar y se extendió por siete semanas en pleno verano.
Se ha culpado a los huelguistas de impedir que los camiones de basura salieran de los depósitos hasta que intervino la policía. Pero incluso con algunos camiones operando, el retraso de la basura es abrumador y las opciones para que los residentes se deshagan de sus desperdicios son limitadas y requieren mucho tiempo.
Imágenes de drones en la BBC, filmadas el viernes, mostraron un atasco de tránsito de 1.6 kilómetros de largo hacia un vertedero móvil.
Vanita Patel comentó que depositaba su basura en los contenedores de sus familiares, fuera de Birmingham. Yousef, por su parte, sacó el equipo de su furgoneta de trabajo para llevar su basura y la de sus vecinos a un vertedero local, donde tuvo que pedir cita previa.
“Ahora conseguir una cita es como ganar la lotería”, dijo.
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