Salud

Niños huérfanos tras la tragedia en la discoteca Jet Set

8630230368.png
Ayer, continuaban las oraciones por su pronta recuperación.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

La cantidad de niños que han quedado huérfanos por la muerte de sus padres tras el desplome del techo del club nocturno Jet Set conmociona a cualquier ser humano, y en la lista están las tres niñas del capitán del Ejército, Randy Rodríguez, de 32 años, quien falleció bajo los escombros en la madrugada del martes, 8 de abril, junto a su madre, una tía, una prima y un primo, que a su vez era su hermano de crianza.

Los cinco cuerpos fueron sepultados ayer, en una misma ceremonia, en medio de un pesar indescriptible, mientras que Alba Iris Montero Rojas, esposa de Randy, sobreviviente de la tragedia y también capitán académica del Ejército, lucha por su vida en una unidad de cuidados intensivos del Hospital Traumatológico Ney Arias Lora. No sabe que su esposo y los otros cuatro acompañantes a la fiesta del pasado lunes fueron sepultados y que sus hijas, de 10, 7 y 4 años, quedaron huérfanas del padre que cada mañana las llevaba al colegio.

Puede leer: Jet Set: Los extranjeros que fallecieron durante la fiesta de Rubby Pérez

Los demás fallecidos de la misma familia son: la madre de Randy, Sonia Rodríguez, de 53 años; su tía Licette; su prima Génesis de León Cepeda y su primo Aneudy Rodríguez, quienes también tenían hijos. La estela de dolor consume al padre de Alba Iris, Adriano Montero Montero (Papo), quien bajo la mata de mangos del Ney Arias Lora espera que algún médico le dé la buena noticia de que su hija supera el peligro de los daños sufridos en sus riñones y que deje de necesitar transfusiones de sangre y diálisis. Alba Iris, de 30 años, no recuerda nada de lo sucedido en el Jet Set, dice su padre, y “las cuatro veces que ha preguntado por su esposo Rady y por los demás familiares”; su padre la calma diciéndole que “todos están bien y que ella es la que se encuentra en condiciones más delicadas”.

Seis familiares de ella integran la comitiva (tías y primas) en la explanada del hospital, en el municipio Santo Domingo Norte. Ayer, continuaban las oraciones por su pronta recuperación.

En el quíntuple sepelio en el cementerio Cristo Redentor se encontraba Carmen Maritza Rojas, madre de Alba Iris. Acompañó al padre de Randy, sumido en el dolor. Papo, como apodan al padre de Alba Iris, revienta sus ojos de lágrimas y desgarra su corazón. En el inexorable vacío, dijo: “Cuando la noticia me llegó en mi casa de La Vega, mi corazón de padre me decía que mi hija estaba viva. Ahora, ella me pregunta por su marido”.

Papo fue informado de la triste noticia por su hijo Andrés. Llegó a Santo Domingo en la mañana del martes, en las primeras horas en que era sacada de los escombros de la tragedia de la discoteca del Jet Set, entre los sectores El Portal y Honduras del Oeste, en el kilómetro 6 y medio de la avenida Independencia, Distrito Nacional.

“A las 5:00 de la tarde me dejaron verla. Estaba mal. Ella no sabe que el techo se cayó. Me pregunta qué fue lo que pasó. Se paró para ir al baño y dejó al grupo en la mesa. No sabe más nada”, narra.

Con el apoyo de una psicóloga le comunicaron a las pequeñas de 10, 7, 4 años el deceso de su papá. “Yo no quería que le dijeran. No quería que les dieran ese golpe, pero la familia insistió en que debían saber del funeral de Randy”, expresa Papo, al referirse a la ineludible mala noticia que recibieron sus nietas, huérfanas de padre.

El desconsuelo de Papo se profundiza, porque en esta Semana Santa se cumplen dos años de la muerte de su hijo Randy Montero Rojas, a causa de un accidente, que dejó a dos hijos huérfanos, uno en el vientre de la madre.

Próximo a este cuadro familiar, en el Hospital Ney Arias Lora, estaba el personal de apoyo psicológico del Servicio Nacional de Salud (SNS), el cual porta la lista de los desaparecidos y donde era buscada la joven Nelsida Melo, de quien sus parientes solo saben que estuvo en la fiesta del Jet Set, que daba el merenguero Rubby Pérez, fallecido en la caída del techo y sepultado ayer.

Los ayuntamientos del Distrito Nacional, del municipio de Santo Domingo Este, de Haina y de San Cristóbal, crearon comisiones de empleados para ayudar a los familiares de las víctimas del Jet Set. Instalaron carpas en las que ofrecen servicios, facilidades de copias de documentos, reparto de café y de agua. La carpa de Santo Domingo Este fue llevada al Hospital Traumatológico Doctor Darío Contreras.

TRA Digital

GRATIS
VER