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Florida.- El expresidente Donald Trump elevó su rivalidad con Barack Obama a un nuevo nivel simbólico al sustituir el retrato del exmandatario demócrata en la Casa Blanca con una imagen suya.
La pintura, ubicada cerca de la escalera principal del edificio, muestra a Trump con el rostro ensangrentado y el puño en alto, recordando el atentado que sufrió en un mitin en julio en Pensilvania.
El nuevo retrato fue revelado por la presidencia estadounidense a través de su cuenta de X (antes Twitter), con el mensaje: “Una nueva obra de arte en la Casa Blanca”. La escena del cuadro evoca una fotografía de Associated Press que se volvió viral y que simbolizó la resistencia de Trump después del ataque.
El retrato de Obama, que fue colocado en el vestíbulo en 2022 durante el mandato de Joe Biden, fue trasladado unos metros. Sin embargo, el cambio ha generado reacciones diversas. El director de comunicación de la Casa Blanca, Steven Cheung, respondió en X a una crítica con un breve:
“
Cállate, idiota”, después de explicar que el retrato de Obama “no fue retirado, solo reubicado”.
En la tradición presidencial, los mandatarios suelen conservar los retratos recientes, sin modificar drásticamente la disposición de los anteriores. Esta decisión de Trump rompe con esa costumbre y subraya su enfoque disruptivo.
La imagen elegida para el retrato fue capturada por un fotógrafo de AP, y muestra a Trump justo después del atentado que casi le cuesta la vida.
El entonces candidato presidencial alzó el puño ensangrentado como símbolo de fortaleza, gesto que rápidamente se volvió icónico entre sus seguidores.
Este cuadro busca reforzar la narrativa de supuesta resiliencia y heroísmo de Trump, afianzando su imagen en un espacio tan cargado de significado como la Casa Blanca.
La enemistad entre Trump y Obama se remonta a los inicios políticos del primero, cuando cuestionó públicamente la ciudadanía estadounidense de Obama. Aunque inicialmente fue ignorado, Obama terminó respondiendo con dureza, e incluso con sarcasmo, a los ataques del republicano.
Además del retrato, Trump mandó colocar en la salida del Despacho Oval una copia enmarcada de su foto policial tomada en Georgia, tras ser imputado por intentar alterar los resultados de las elecciones de 2020.
Así, continúa construyendo su propia narrativa de enfrentamiento con el sistema y reafirmación personal.
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