Salud

Crisis del sueño en Latinoamérica: información clave y elementos que impactan nuestra calidad de sueño

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El sueño, una necesidad biológica fundamental, ha sufrido un deterioro significativo en calidad en Latinoamérica y a nivel mundial.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

El sueño, una necesidad biológica fundamental, ha sufrido un deterioro significativo en calidad en Latinoamérica y a nivel mundial. Factores como el uso excesivo de pantallas, el estrés socioeconómico y las condiciones de vida han contribuido a esta creciente crisis. Según el Worldviews Survey 2025 de WIN, el 38% de la población global reporta dormir mal frecuentemente, un porcentaje que ha ido en aumento desde 2021 (35%).

A nivel global, Hong Kong lidera la lista de países con peor calidad de sueño (59% de su población reporta problemas), seguido por Chile (56%), Brasil (52%) y Turquía (51%). En contraste, los países con mejores indicadores son Vietnam (15%), India (15%), Paraguay (19%) e Indonesia (23%).

El informe revela que el problema afecta a una porción considerable de la población latinoamericana. Como se mencionó, Brasil y Chile destacan globalmente al estar entre los países donde más personas duermen mal. México y Perú se suman a la preocupación con un 41% de su población afectada por problemas de sueño.

El sueño no es un problema aislado, sino que se encuentra influenciado por múltiples factores sociales, económicos, culturales y personales. Según el informe, los desempleados enfrentan mayores dificultades para dormir: la mitad de quienes no tienen empleo reportan problemas, indicando una fuerte relación entre estabilidad financiera y descanso. Además, ciertos grupos sociodemográficos son más vulnerables, como las mujeres y las personas entre 35 y 64 años.

Uno de los principales factores que deterioran la calidad del sueño es el uso excesivo de pantallas antes de dormir. A nivel global, más de la mitad de la población reconoce quedarse despierta hasta tarde usando el teléfono o la computadora con frecuencia. Este problema es más acentuado entre los jóvenes de 18 a 24 años, donde la cifra llega a un alarmante 70%.

En Latinoamérica, este fenómeno también es preocupante, sobre todo en Chile, México y Argentina, que superan la media global, siendo mujeres y jóvenes los más afectados.

El impacto de la tecnología en el sueño se debe, en gran medida, a la exposición a la luz azul de los dispositivos electrónicos, que inhibe la producción de melatonina, la hormona del sueño. Además, el consumo de contenido digital genera hiperestimulación cognitiva, dificultando la relajación necesaria para conciliar el sueño.

En las grandes ciudades, el ruido ambiental interfiere significativamente con el descanso. Una investigación realizada en la Ciudad de Buenos Aires por Voices! para Fundación Ciudad reveló que la mitad de la población declara que su sueño se ve interrumpido por el ruido, principalmente del transporte público, sirenas, camiones de basura y obras. Como consecuencia, muchas personas han recurrido a somníferos, tapones o cambios en horarios y lugares para intentar mitigar el problema. Este fenómeno no es exclusivo de Buenos Aires, sino que se replica en otras urbes latinoamericanas, donde el ruido urbano se ha convertido en una amenaza constante para la calidad del sueño.

Ante esta crisis, distintos gobiernos y organizaciones han impulsado iniciativas para reducir el impacto de la tecnología antes de dormir y fomentar hábitos saludables. En México se desarrolló una aplicación para mejorar la calidad del sueño mediante técnicas de meditación y relajación. En Ecuador, la Universidad San Francisco de Quito lanzó una campaña de concienciación sobre la importancia del sueño y los efectos del celular antes de dormir. En Brasil, se implementaron medidas para limitar el uso de dispositivos electrónicos en escuelas, promoviendo mejores hábitos de descanso entre los estudiantes.

Algunos organismos internacionales también han alertado sobre este problema. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF han enfatizado la necesidad de establecer límites en el uso de pantallas en niños y adolescentes y los expertos recomiendan evitar pantallas dos horas antes de dormir.

Además, diversas marcas han llevado a cabo campañas innovadoras para promover el sueño. En Colombia, Colchones Spring lanzó “Mereces dormir bien”, mostrando hábitos reales de descanso en spots publicitarios para generar conciencia sobre la importancia del sueño reparador. En Argentina, Melatol Plus presentó “Reconcíliate con el sueño”, destacando cómo la falta de descanso afecta la vida cotidiana y promoviendo hábitos saludables. Estas acciones demuestran que empresas y organismos públicos están comenzando a abordar la problemática activamente.

La crisis del sueño en Latinoamérica y el mundo no es un problema menor. La combinación de factores económicos, sociales, tecnológicos y ambientales está afectando el bienestar de millones, con consecuencias aún no totalmente dimensionadas. Es fundamental que gobiernos, empresas y la sociedad adopten estrategias para mejorar la higiene del sueño y mitigar el impacto de la tecnología y el ruido en nuestra salud. Solo así podremos asegurar un descanso de calidad y una mejor calidad de vida para las futuras generaciones.

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