Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Benjamín Netanyahu, de origen y convicción sionista, figura de la ultraderecha, entrará en la historia del estado de Israel, desde su fundación el 14 de mayo de 1948, como el gobernante bajo cuyo mandato han sido asesinadas más personas.
Ni siquiera en las principales guerras que Israel ha librado desde su establecimiento en territorio Palestino por decisión de las grandes potencias, tales como: la del canal de Suez en 1956, la de los seis (6) días en 1967 contra la mayor coalición de países árabes (Egipto, Siria, Jordania, Líbano e Irak) pasando por la llamada de Yom Kipur, en el año 1973, el ejército Sionista había dejado la espeluznante cifra de más de 50 mil muertos y 110 mil heridos, de los cuales el 80% eran mujeres, niños y ancianos no combatientes.
Basta decir que en la guerra de Vietnam, con 11 años de intervención Yanqui, que dejó en ese país una cifra de muertos de poco más de 50 mil, en su gran mayoría afroamericanos, puede medirse la magnitud del genocidio que Netanyahu está llevando a cabo con su política de exterminio y colonización en territorio palestino. Es la directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia UNICEF, Catherine Russell, quien informa que “un promedio diario de más de 100 niños han sido asesinados o mutilados en los últimos 10 días en Gaza”.
Agregando que: “El bombardeo constante deja a los niños con heridas irreversibles, traumas profundos y sin acceso a atención médica, mientras los hospitales colapsan bajo el asedio y la escasez”. Por esta razón, Amnistía Internacional acusa a Netanyahu de utilizar el hambre como arma de guerra y de cometer crímenes de lesa humanidad contra civiles palestinos. Advirtiendo que su impunidad solo alentará más atrocidades y urge a Hungría a arrestarlo y entregarlo a la Corte Penal Internacional.
Pero la orgía de sangre del Jefe del sionismo israelí no tiene límites ni fronteras, y uno de sus últimos crímenes cometidos por sus tropas, desplegadas en el sur de la ciudad de Gaza, fue el asesinato de 15 paramédicos y rescatistas, quienes fueron ejecutados uno por uno y enterrados en una fosa común, creando una indignación en la ONU y en la Cruz Roja Internacional, y una enérgica condena exigiendo “respuestas y justicia”. Las patéticas declaraciones de António Guterres, Secretario General de la ONU, reflejan el infierno que se vive en la Franja de Gaza, calificándola como “campo de exterminio”.
Añadiendo: “La Franja de Gaza se convirtió en un “campo de la muerte, donde se han vuelto a abrir las puertas del infierno”. Yo me pregunto, hasta cuándo la comunidad internacional y los pueblos de los cinco continentes seguirán contemplando, con una inercia pasmosa, la desaparición del pueblo palestino, como lo ha vaticinado el ministro de defensa sionista Israel Katz: “El destino de Gaza es la destrucción total y la ruina”, sin decir ¡basta ya! al derramamiento de tanta sangre de gente indefensa e inocente.
Agregar Comentario