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La vida privada de Brad Pitt ha sido objeto de constante atención desde que empezó. Empezó su carrera a finales de los ochenta y, casi desde el comienzo, estableció una especie de ‘modus operandi’ en sus relaciones, que la mayoría de las veces lo unían a actrices con las que trabajaba. En 1989, cuando todavía rodaba telefilmes y películas de bajo presupuesto, coincidió con Jill Schoelen en el ‘slasher’ Clase sangrienta y formalizaron una relación en la que incluso llegaron a comprometerse. Parece ser que él le escribía poemas a su amada. En 1990 volvió a repetirse el mismo procedimiento durante el rodaje de la película Demasiado joven para morir viejo, solo que, en este caso, Juliette Lewis era menor de edad, tenía 16 años y él 26.
Estuvieron juntos cuatro años y, durante ese tiempo, ambos fueron ganando popularidad, sobre todo Pitt que participaría en Thelma & Louise, Amor a quemarropa o El río de la vida. En 1993 protagonizaron de nuevo juntos la película Kalifornia y, poco después, se separaron. Brad Pitt y Juliette Lewis en 1994 Foto de John Roca/Shutterstock. A partir de ese momento, la trayectoria de Pitt alcanzaría una nueva dimensión gracias a convertirse en un héroe romántico en Leyendas de pasión y de meterse en la piel de un chupasangre ‘sexy’ en Entrevista con el vampiro. En 1995 se estrenó Seven, de David Fincher, en cuyo rodaje comenzó a salir con Gwyneth Paltrow, convirtiéndose en la pareja de moda de los noventa. Eran jóvenes, guapos y estilosos, no se podía pedir más, pero después de tres años de romance terminaron separándose, aunque siempre han permanecido amigos.
Jennifer Aniston sería de las pocas parejas que no conoció en un rodaje, los presentó un amigo común. El actor contó a la revista Parade que se encontraba en un periodo un tanto autodestructivo, que iba encadenando un proyecto tras otro intentando interpretar a personajes interesantes porque él creía que su vida no lo era. “Me pasé los 90 intentando esconderme. Empecé a hartarme de mí mismo sentado en un sofá y fumando. Era patético”, confesó. En ese momento fue cuando comenzó a salir con Aniston, una de las actrices más populares del momento gracias a su papel en la serie Friends.
Fueron una pareja magnética para la prensa, casi de ensueño y terminaron casándose. “Creo que esa relación tuvo algo que ver con el estado en el que me encontraba. Aparentábamos que el matrimonio era algo que no era”, reconoció, a pesar de que estuvieron juntos 7 años. De nuevo, Pitt conocería a Angelina Jolie en el rodaje de Sr. y Sra. Smith y el cuento de hadas con Aniston se terminó, dando comienzo a una nueva etapa en su vida. Más tarde el actor declaró que no hizo las cosas bien, que la presión mediática que sentía era muy grande y que todo tenía que tener una pátina de perfección, lo que supuso un extra de tensión para él, que todavía no había sabido bien gestionar el éxito.
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