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El dominicano Jeremy Peña, de Houston, ha mantenido un promedio de bateo similar al de la liga durante su breve trayectoria, que abarca solo cuatro temporadas. Un análisis de Fangraphs revela que Peña siempre ha proyectado una imagen de jugador de mayor envergadura, especialmente en cuanto a la capacidad de conectar cuadrangulares. En 2022, se vislumbró ese potencial de poderío, al conectar 22 jonrones en la temporada regular, seguidos por otros cuatro, lo que le valió el reconocimiento como MVP de la ALCS y la Serie Mundial. No obstante, las dos temporadas siguientes, 2023 y 2024, resultaron menos productivas en ese sentido (25 jonrones en total), y es comprensible por qué.
Los rodados se consideran las bolas bateadas al aire con menor valor, y Peña estaba conectando batazos… directo al suelo. Gracias a su velocidad, logró mantener su perfil de producción ofensiva en un nivel medio, con 52 hits dentro del cuadro desde 2023, la mayor cantidad en el béisbol hasta el final de la temporada pasada. Existen muchas maneras de ser un bateador promedio, pero parece que depender principalmente de la velocidad no es lo ideal para el éxito a largo plazo. Si se elimina el componente de velocidad (debido a una lesión en la parte inferior del cuerpo), su producción ofensiva podría verse considerablemente afectada.
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No se puede asegurar si Peña, incluso con un aumento de poder, llegará a ser mucho más que un bateador promedio en el plato. Incluso en 2022, cuando su perfil ofensivo favorecía la potencia, seguía promediando en la liga como bateador. Sin embargo, si aspirara a algo más, considero que debería enfocarse en enviar la pelota al aire con más frecuencia. Hasta ahora, en 2025, lo está haciendo, según sus primeros resultados. Tasas de bolas bateadas, 2024 a 2025.
Tomará un tiempo antes de que las estadísticas de bateo sean más fiables. Apenas llevamos 16 juegos de temporada. Dicho esto, las tendencias iniciales son prometedoras para Peña. Está lanzando la pelota con más frecuencia, incrementando sus líneas y elevados (los mejores tipos de bateo), mientras que reduce su tasa de rodados. Además, un porcentaje mayor de sus elevados hasta ahora se están convirtiendo en jonrones.
También resulta alentadora la actitud de Peña al bate. Nunca será uno de esos bateadores con muchos boletos y pocos ponches. Los ponches, para bien o para mal, seguirán siendo una parte importante de su perfil.
No obstante, se aprecia una continua evolución en el bateo por parte de Peña, ya que está obteniendo una mayor tasa de boletos (7.6%) y disminuyendo su tasa de swings fallidos (11.6%). Está recibiendo aproximadamente la misma cantidad de lanzamientos por aparición en el plato en comparación con su promedio de por vida, pero está haciendo menos swing al primer lanzamiento que antes.
Frecuencia de swing al primer lanzamiento:
Es lógico que también genere conteos más favorables, sobre todo en el conteo de bateadores. Por ejemplo, se encontró con un conteo de 2-0 aproximadamente el 7.8% de las veces la temporada pasada. ¿Esta temporada? Esa tasa ha aumentado al 15.2%. Nuevamente, el tamaño de la muestra de este año es muy pequeño comparado con una temporada completa del año pasado.
Sin embargo, el enfoque general de la alineación de Houston ha cambiado esta temporada, incluyendo a Peña.
Los números superficiales de Peña durante los primeros 22 juegos de 2025 (.228/.311/.380, 92 wRC+) no son especialmente impactantes por ahora. No obstante, sus estadísticas esperadas y la forma en que está bateando son prometedoras, por lo que espero que sigamos viendo resultados positivos a medida que aumente el tamaño de la muestra a lo largo de la temporada.
¿Confluirán todas estas tendencias positivas para transformar a Peña en un bateador por encima del promedio? Sería bueno pensarlo, especialmente si sigue conectando la pelota.
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