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Santo Domingo. — El Helicobacter pylori es una bacteria sigilosa que infecta el estómago de casi la mitad de la población mundial. Aunque muchas personas no manifiestan síntomas, esta infección puede causar desde gastritis crónica hasta úlceras gástricas y aumentar el riesgo de cáncer de estómago, advierten expertos consultados por El Día.
De acuerdo con la doctora Ana María Paredes, gastroenteróloga del Hospital General Plaza de la Salud, “el Helicobacter pylori es mucho más frecuente de lo que creemos. En países en vías de desarrollo, su prevalencia puede sobrepasar el 70%. La bacteria se transmite principalmente a través del agua o alimentos contaminados”.
Los síntomas más comunes incluyen dolor abdominal, hinchazón, náuseas, pérdida de apetito y sensación de saciedad tras ingerir pequeñas cantidades de alimentos. Sin embargo, en muchos casos, la infección puede pasar desapercibida por años.
“El diagnóstico se realiza mediante pruebas específicas como la prueba de aliento, análisis de sangre, antígenos en heces o endoscopía”, explica el doctor Carlos Medina, especialista en medicina interna. Medina agrega que “es crucial no automedicarse ni ignorar síntomas persistentes, porque las complicaciones pueden ser graves”.
El tratamiento estándar implica el uso de una combinación de antibióticos junto con inhibidores de bomba de protones (IBP) que reducen la acidez estomacal. “Lo recomendable es seguir el tratamiento completo, que suele durar entre 10 y 14 días, para asegurar la erradicación de la bacteria”, precisa la doctora Paredes.
No obstante, el aumento de la resistencia a antibióticos ha llevado a los médicos a personalizar los tratamientos, basándose en cultivos o pruebas de sensibilidad.
Si bien no existe una vacuna, los expertos coinciden en que las buenas prácticas de higiene son fundamentales. “Lavar bien las manos, consumir agua potable y evitar alimentos mal cocidos o en mal estado son las mejores estrategias preventivas”, señala el doctor Medina.
En tanto, la doctora Paredes recomienda realizar controles médicos periódicos, especialmente en personas con antecedentes familiares de enfermedades gástricas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado al Helicobacter pylori como un agente carcinógeno tipo I, debido a su fuerte asociación con el cáncer gástrico. “La infección por H. pylori debe ser vista no solo como un problema individual, sino como un desafío de salud pública que requiere políticas de detección y tratamiento temprano”, afirma Medina.
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