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“Ustedes no son el futuro, son el presente”, declaró con convicción la procuradora general de la República, Yeni Berenice Reynoso, en un discurso reciente que va más allá de lo formal.
Aunque no fue pronunciado en el marco de la exposición Hilvanando Ilusiones, sus palabras resuenan directamente con lo que vivimos en la ciudad de Nueva York: más de 100 niños y adolescentes, convocados por la escuela y la Fundación Eliosnet, enaltecieron la dominicanidad a través del arte en una muestra que habla por sí sola.
Lejos de ser una simple exhibición, Hilvanando Ilusiones se convirtió en un testimonio visual del presente vibrante que encarnan nuestros niños y jóvenes.
Cada obra exhibida fue una afirmación de identidad, una expresión de sueños y una manera poderosa de decir: “aquí estamos, somos dominicanos y tenemos algo que decir”. Desde pinturas llenas de color hasta creaciones impregnadas de patriotismo, las piezas presentadas hablaban de raíces, de historia y de esperanza.
Este logro no habría sido posible sin el apoyo y la visión conjunta de instituciones clave de la comunidad dominicana en el exterior. El Consulado Dominicano en Nueva York, la Dirección de Cultura en el Exterior, y la comunidad de artistas plásticos dominicanos radicados en esta ciudad, han sido pilares fundamentales en la acogida y proyección de esta propuesta. Su respaldo demuestra que el arte no tiene fronteras cuando se trata de fortalecer la identidad, fomentar el talento y tender puentes entre generaciones.
En medio de una sociedad que muchas veces subestima la voz infantil y juvenil, iniciativas como esta nos recuerdan que no se trata de esperar a que los jóvenes crezcan para tomar protagonismo: ellos ya lo tienen.
Ellos ya están creando, opinando, liderando y marcando el ritmo de nuestras comunidades, tanto en República Dominicana como en el exterior. El arte que vimos en esta muestra no fue solo creativo, fue profundamente político en el mejor sentido de la palabra: hizo visible lo que a menudo se invisibiliza.
Yeni Berenice lo expresó claramente al instar a los estudiantes a conocer y ejercer sus derechos, a luchar por sus sueños y a entender su papel en la construcción de una sociedad más justa.
En sus palabras hay un llamado que no podemos ignorar: los niños y jóvenes no pueden seguir siendo vistos como promesas lejanas. Son protagonistas del ahora, y cada oportunidad que les demos para expresarse con libertad es una inversión en el país que ya estamos construyendo.
La Fundación Eliosnet, al apostar por el arte como vehículo de transformación, ha cumplido con una misión que va mucho más allá de lo cultural. Ha sembrado ciudadanía, ha reforzado identidades, ha generado orgullo. Y lo ha hecho desde el corazón de una comunidad inmigrante que lucha día a día por mantener sus raíces vivas sin dejar de avanzar.
En un mundo donde los titulares suelen hablar de crisis, violencia o desesperanza, Hilvanando Ilusiones fue un oasis. Un espacio para la ternura, la creatividad, el color y, sobre todo, la afirmación.
Los niños que participaron en esta exposición no solo compartieron su visión del mundo; nos enseñaron a verlo con otros ojos. Nos mostraron que ser dominicano no es solo una nacionalidad; sino, más bien, una forma de sentir, de crear y de conectar con otros.
Desde mi labor como comunicadora, editora y ciudadana comprometida con el desarrollo humano, creo firmemente que debemos abrir más espacios como este. Espacios donde la niñez y la adolescencia no solo sean escuchadas; sino celebradas. Porque el futuro se construye, sí, pero con las manos del presente.
Hoy, gracias a este esfuerzo colectivo, queda claro que nuestros niños y jóvenes no están en pausa. Están en marcha. Y su paso es firme, creativo y transformador. Que no nos quede duda: ellos ya están haciendo historia.
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