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El gobierno estadounidense niega acusaciones de irregularidades en la deportación de una madre cubana

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Hasta que, un día a mediados de abril, se decidió inesperadamente a "adelantar su cita".

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Washington, 7 de mayo (EFE).- El Gobierno de Estados Unidos desestimó este miércoles las acusaciones de irregularidades en la deportación de una madre cubana, sin su hija de 17 meses.

La abogada de Heidy Sánchez, una migrante que residía en Florida desde 2019 y que fue deportada a Cuba a finales de abril, denunció a EFE que las autoridades estadounidenses no le ofrecieron la posibilidad de ser expulsada del país junto a la menor de edad.

La portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, rechazó esta acusación, afirmando que Sánchez solicitó ser enviada a Cuba “sin su hija” y la dejó al cuidado de “un familiar en EE.UU.”.

“Nos tomamos muy en serio la responsabilidad de proteger a los niños y seguiremos colaborando con las autoridades para garantizar que los menores estén seguros y protegidos”, agregó la portavoz.

Sánchez, quien entró a EE.UU. en 2019 bajo el programa ‘Quédate en México’, implementado por el presidente Donald Trump en su primer mandato (2017-2021), que obligaba a los migrantes a solicitar una cita para pedir asilo en la frontera.

Ella perdió su cita, pero se entregó a las autoridades migratorias y le permitieron la entrada al país con la condición de que debía reportarse anualmente ante las oficinas de ICE.

Esas citas anuales, relató Sánchez a EFE desde Cuba, se convirtieron en mensuales una vez iniciada la nueva Administración. Hasta que, un día a mediados de abril, se decidió inesperadamente a “adelantar su cita”. Fue entonces cuando le comunicaron que la decisión “estaba tomada”: sería deportada.

Para su abogada, el meollo del asunto no es solo “que no tuvieron consideración con ella”, sino también que su hija y su esposo, ambos ciudadanos estadounidenses.

Además de la falta de comunicación, la letrada relató que el Gobierno estadounidense no le diera la opción de ser deportada junto con su hija, como es costumbre en estos casos.

También señaló a las autoridades por haber comunicado que Sánchez ya había sido deportada cuando aún se encontraba en territorio estadounidense.

Sánchez asegura que el agente del ICE en Tampa (ciudad en la que vivía) se limitó a decirle que llamara a su esposo para que recogiera a la menor.

Canizares, Sánchez y su familia están explorando todas las vías legales para lograr que ella regrese a EE.UU.. También están recabando firmas y buscando apoyo en redes sociales.

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