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Narciso Isa le dice a Abinader sobre la Antigua Orden Dominicana: “Es su deber detener el camino criminal del paramilitarismo”

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Afirmó que sus acompañantes lograron identificar a los agresores y desarmar a dos de ellos.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

El dirigente de izquierda Narciso Isa Conde denunció que durante la marcha del pasado 27 de abril fue víctima de un intento de apuñalamiento, supuestamente perpetrado por miembros del grupo nacionalista La Antigua Orden Dominicana. En la misiva, enviada el martes, relató que mientras se retiraba de la manifestación — realizada en conmemoración del 60 aniversario de la Revolución de Abril — , un hombre intentó atacarlo con un arma blanca en la calle Beller. Afirmó que sus acompañantes lograron identificar a los agresores y desarmar a dos de ellos.

También responsabilizó a la Policía Nacional de proteger a miembros de La Antigua Orden Dominicana, quienes, según dijo, portaban machetes, cuchillos y bloques de hormigón reforzado en las inmediaciones del canal Telemicro. Añadió que estos acusaban a los manifestantes de ser comunistas y de promover una movilización haitiana.

En su carta, Isa Conde afirmó que La Antigua Orden Dominicana solo ha podido operar con apoyo de sectores poderosos, a los que vinculó con agencias extranjeras, empresas mineras y figuras del poder político, militar y empresarial dominicano.

Concluyó responsabilizando directamente al presidente Abinader de cualquier daño que pudiera sufrir él o cualquier otro militante, activista o dirigente social.

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Ciudadano presidente:

En esta ocasión me dirijo a usted para referirme a los intentos criminales y graves agresiones cometidas contra la integridad física y el derecho a la vida de ciudadanos/as dominicanos/as en pleno ejercicio de sus derechos constitucionales, dado que compete a sus funciones reaccionar frente a este tipo de hechos, y adoptar las medidas correspondientes ante acontecimientos tan ampliamente difundidos.

En una gestión de Estado mínimamente responsable no deberían obviarse hechos como los acaecidos el pasado domingo 27 de abril, inmediatamente después de concluir la marcha conmemorativa del 60 aniversario de la gesta de abril de 1965: marcha no objetada por su gobierno ni por el Ministerio correspondiente, expresamente comprometido a proteger a sus participantes.

Esperé un tiempo prudente antes de escribir estas líneas, atento a la reacción oficial correspondiente del Poder Ejecutivo que usted preside y del Ministerio Público que deberían representar a las personas agredidas y/o amenazadas. Ambas instancias han pasado por alto la gravedad de estos acontecimientos.

En esta oportunidad, la organización paramilitar que responde al nombre de Antigua Orden Dominicana nuevamente exhibió sus uniformes policiales y militares, exhortó públicamente a sus integrantes a portar armas y a ejercer violencia; suplantando a la vez funciones policiales y abrogándose el derecho a determinar quiénes pueden y quienes no pueden ejercer los derechos a transitar, a reunirse, manifestarse, y dónde hacerlo.

En esa tesitura, integrantes de esa organización paramilitar se agruparon abiertamente en los alrededores del Parque Independencia de esta ciudad, con una significativa concentración en las proximidades de TELEMICRO, desde donde desplegaron personas vestidas de civil, armadas de puñales, cuchillos, machetes y pequeños bloques de hormigón reforzado, con las instrucciones de agredir a quienes ellos denominaron “comunistas promotores de la marcha haitiana”. La Policía Nacional, que los ha protegido en circunstancias parecidas, volvió a hacerlo con el mayor descaro del mundo.

Previamente, el mismo cuerpo policial que protege a los paramilitares, intentó disolver a bombazos a la agrupación de los trabajadores cañeros que formaban parte de la Marcha Patriótica, y además se dedicó a cambiar la ruta acordada y a apresar personas negras en las proximidades de esta actividad a lo largo de la trayectoria, con manifiesta intención de perturbar la iniciativa.

Entre los casos de agresiones armadas se han señalado con mucha precisión el ataque a la Escuela Multitemática del Partido Comunista del Trabajo-PCT, la agresión al profesor universitario Diego Polo, los intentos de agresión al ex viceministro Freddy González y a la antropóloga Tahira Vargas.

De mi parte denuncié por diferentes medios el intento de apuñalarme por la espalda en la calle Beller, al doblar la Palo Hincado, cuando acompañado de varios camaradas, avanzábamos hacia el vehículo en que me retiré de esa zona.

Quienes me acompañaban identificaron a tiempo a los agresores y lograron quitarles a dos de ellos un puñal y una cuchilla.

Con anticipación, en diferentes puntos de los alrededores del Parque, se le escuchó a los jefes y activistas paramilitares expresiones anticomunistas en las que mencionaban mi nombre como objetivo de sus ataques.

Voceros de este régimen, políticos de extrema derecha que medran a la sombra del Palacio Nacional y espacios radio-televisivos que disfrutan de jugosa publicidad gubernamental, transmiten en la misma onda cargada de odio y acusaciones perversas.

La intencionalidad criminal está confirmada después del alevoso proceder de esa agrupación paramilitar neofascista que solo ha podido crearse, desarrollarse y perdurar con el auspicio de la CIA, el MOSSAD israelí, corporaciones mineras tipo Barrick Gold y enclaves ultraderechistas del actual poder militar, policial, empresarial y político, que han contado con respaldo y protección del régimen que usted preside.

El proceder de esa banda paramilitar resulta demasiado coincidente con las expresiones y el modo de actuar de esa corriente transnacional neofascista, con su impacto al interior de las estructuras de mando de los sistemas estatales y las elites capitalistas y militares, subordinadas a EEUU y alimentadas por sus fuentes conceptuales, tanto a nivel del oficialismo como de la oposición de derecha, ahora bajo la ominosa tutoría del trumpismo.

En su condición de Jefe de Estado es a usted a quien le corresponde detener la ruta criminal del paramilitarismo y todo lo relacionado con las inconductas neofascistas al interior de su gobierno, de la jefatura militar-policial estatal y del régimen político-empresarial que lidera.

Por lo tanto, sobre usted y su gestión recaerá la principal responsabilidad de cualquier acción que afecte mi existencia y mi integridad física, o la de cualquier militante, activista o dirigente social bajo amenaza de alguna de las expresiones criminales paramilitares, militares o policiales de este régimen cada vez más proclive al despotismo ultraconservador.

Atentamente,

Narciso Isa Conde

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