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El recién electo papa León XIV bendice a los fieles desde la Basílica de San Pedro, Ciudad del Vaticano. EFE
El estadounidense Robert Francis Prevost, con nacionalidad peruana y ascendencia española, se convirtió en el pontífice 267 de la historia, tras ser elegido por los 133 cardenales reunidos en el segundo día de cónclave, que se decantó por un perfil muy similar al de su predecesor, el papa Francisco.
Prevost, de 69 años, que eligió el nombre de León XIV y que es el primer papa estadounidense de la historia, fue recibido con júbilo y lágrimas por las más de 150,000 personas que se reunieron en poco más de una hora en la plaza de San Pedro para verlo, desde la fumata blanca hasta su aparición ante el mundo.
Conmovido, con lágrimas en los ojos, León XIV pronunció un largo discurso desde el balcón de la basílica vaticana, en el que llamó a la paz y a una Iglesia abierta a todos, especialmente a los que sufren.
“Gracias papa Francisco”, dijo Prevost, quien fue muy cercano al papa argentino y que es considerado un reformador y progresista como él- “Dios que nos ama a todos e incondicionalmente. Aún retenemos en nuestros oídos, esa voz débil, pero siempre valiente del papa Francisco bendiciendo en Roma”, dijo.
Afable, moderado y reservado, Prevost fue una de las grandes apuestas de Francisco, que lo designó responsable de los obispos de todo el mundo y de su comisión para Latinoamérica, dados sus orígenes franceses e italianos por parte de padre y españoles por parte de madre, Mildred Martínez, como han destacado medios vaticanos. Este misionero de la antigua Orden de San Agustín ha sido en los últimos años un estrecho colaborador del difunto papa Francisco y entró a su estilo, discretamente, en la lista de ‘papables’ para este cónclave, como un ‘outsider’ en medio de otros grandes nombres.
En su discurso, que fue escrito, y en el que también habló en español, comenzó pidiendo “una paz desarmante, humilde y perseverante que viene de Dios”. León XIV pidió entonces “construir puentes con el diálogo y el encuentro, llevándonos a todos a ser un solo pueblo siempre en paz” e instó a los cardenales, que le eligieron en la cuarta votación, a “caminar junto a ustedes como una Iglesia unida, buscando siempre la paz y la justicia buscando siempre trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo a anunciar el Evangelio, a ser misioneros”.
“Debemos buscar juntos ser una iglesia misionera, una iglesia que construye puentes”.
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