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Un papa de Chicago en la era Trump. Para quienes desconocían la biografía de Robert Francis Prevost, hubo quien temió lo peor al oír el anuncio del cardenal Mamberti, tras el esperado ¡habemus papam! Somos víctimas de la inmediatez y eso nos impulsa a sacar conclusiones apresuradas. Un día después, nadie cree que el primer estadounidense elegido pontífice sea el papa que le hubiera gustado al inquilino de la Casa Blanca. Trump le dio la enhorabuena, calificó de gran honor que sea norteamericano y expresó su deseo de conocerle. Pero León XIV está en las antípodas de sus políticas populistas, como se puede comprobar en sus publicaciones en X, muy críticas con Trump y Vance. Con el vicepresidente de Estados Unidos tuvo una disputa en esta red social, cuando a Vance, para justificar las expulsiones de emigrantes, no se le ocurrió otra cosa que citar a san Agustín. En realidad, reinterpretó una idea del santo, según la cual primero hay que amar al círculo más cercano, luego a la comunidad y solo finalmente al resto del mundo. Prevost le replicó: “Vance se equivoca, pues Jesús nos pide que prioricemos nuestro amor por los demás”. Le hubiera podido recordar que fue san Agustín quien dijo que la mesura del amor es el amor sin mesura. El vicepresidente, que es un católico converso, ha olvidado completamente el pasaje de Mateo 22 del Nuevo Testamento, donde establece que el segundo gran mandamiento de la ley es amar al prójimo como a uno mismo. León XIV resulta un papa joven (69 años), que, además de estadounidense (de padre de origen francoitaliano y madre de origen español por cierto), es también peruano, país donde estuvo como misionero durante casi veinte años y donde llegó a ser obispo. Es miembro de la orden de San Agustín y está titulado en Matemáticas y Filosofía. Seguramente, no será tan expansivo en sus comunicaciones como el papa Francisco y resultará un poco más pragmático en sus planteamientos, pero sin alejarse demasiado del camino abierto por Bergoglio. Trump sabe que Prevost es la antítesis de un MAGA, así que será interesante ver la relación que mantendrán el elefante de la cacharrería planetaria y el león de la fe universal.
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